Radiografía de 2005
Cinestrenos.com repasa un año de cine dominado por clásicos como Clint Eastwood, Woody Allen o Ingmar Bergman
Antonio Ruiz Valdivia
Nada de etiquetas al estilo Generación 2005 o Jóvenes 05, este año el
panorama cinematográfico ha estado dominado por los grandes clásicos.
Leyendas vivas del cine como Clint Eastwood, Woody Allen o Ingmar Bergman
han sido los autores de algunas de las cintas más relevantes exhibidas en
las pantallas patrias durante el año que despedimos. El duro de Eastwood se
subió al ring de las emociones para rodar Million dollar baby y el combate
lo ganó de sobra. Por su parte, Woody Allen enfundó a Jonathan Rhys Meyers
en un polo de Fred Perry en Match Point y lo puso a pelotear con la alta
sociedad londinense. Resultado: punto, juego, set y partido para el autor de
Manhattan. Ingmar Bergman regresó a la gran pantalla con una película
realizada curiosamente para la pequeña pantalla, la parroquia cinéfila
acudió con sus gafas de pasta a ver a Liv Ullman en Saraband y los
aplausos no tardaron en oirse. Trío de ases.
David Cronenberg volvió por la puerta grande a la primera división del
séptimo arte. Una historia de violencia cosechó un buen puñado de
estrellas en los paneles de crítica, en parte gracias a las laboriosas
interpretaciones de Viggo Mortensen y María Bello. Interpretaciones de altos
vuelos se vieron también en El secreto de Vera Drake, fructuoso encuentro
entre Mike Leigh e Imelda Staunton. Y si entre actores anda el juego, uno de
los repartos más espectaculares de los últimos doce meses fue el de
Closer. Natalie Portman, Jude Law, Julia Roberts y Clive Owen se cegaron
por el deseo bajo las órdenes de Mike Nichols. Las relaciones de pareja
también obsesionaron a Alexander Payne, quien decidió emborrachar de pinot
noir a Paul Giamatti en Entre copas. Sí, sí, Giamatti. Aquel secundario
sin nombre que este año decidió saltar del anonimato a las portadas. Aparte
de em>Entre copas los espectadores compraron entradas para verlo en la
cinta indie American Splendor y en la esperanzadora Cinderella Man,
cinta que volvió a reunir a Ron Howard y Russell Crowe.
Otra pareja de hecho cinematográfico que se encontró en 2.005, y por partida
doble, fue la formada por Johnny Depp y Tim Burton. Charlie y la fábrica de
chocolate y La novia cadáver consiguieron excelentes resultados en
taquilla y halagos en las butacas. Otra pareja bien avenida que se paseó por
las salas oscuras fue la de Audrey Tatou y Jean Pierre Jeunet. Su Largo
domingo de noviazgo se convirtió en uno de las grandes festivales estéticos
reproducidos por los proyectores. La cinematografía gala tuvo otros
exponentes como La pequeña Lola de Bertrand Tavernier y La dama de honor
de Claude Chabrol. Más clásicos a la colección.
Y de Francia a Corea del Sur. ¿Seul, el nuevo Bollywood? Kim Ki Duk sacudió
las carteleras con Hierro 3 y Samaritan Girl. Dos obras amadas u
odiadas. Park Chan Wook siguió la estela de Duk y estrenó Oldboy,
violencia arty. Made in Japan llegó Nadie sabe, una historia sensible que
funcionó bastante bien en los circuitos menos comerciales. En cambio, Zhang
Yimou presentó, bajo bandera china, La casa de las dagas voladoras, que
consiguió una mayor atención en los grandes complejos de ocio. Fascinado por
la transformación que sufre el mundo, y en especial China, Michael
Winterbotton recaló en el continente asiático con su Código 46. Una cinta
inquietante que pasó inadvertida. Y de Asia a África, con escala en
Palestina que lanzó a todo el planeta Paradise Now, una bomba de relojería
que fue premiada en el Festival de Berlín. El continente negro recibió la
visita de Fernando Meirelles con el próposito de adaptar la novela El
jardinero fiel. Ralph Fiennes y Rachel Weisz protagonizaron una de las
pocas películas que consiguieron aunar el gusto de la crítica y el público.
El público, ese ente que ha generado tantos estudios de mercado, este año
decidió ver más cine español. Buena culpa la tuvo el estreno de Torrente
3. Santiago Segura se enfrentó ferozmente a los cronistas cinematográficos
pero salvó la cuota de pantalla correspondiente al cine realizado en la piel
del toro. Los euros también acompañaron a Fernando León con Princesas y a
Alberto Rodríguez con 7 vírgenes. Menos euros pero más nominaciones a los
Goya tuvo Obaba, cinta encargada de inaugurar el pasado y olvidadizo
Festival de San Sebastián. Benito Zambrano regresó con Habana blues, la
Coixet presentó La vida secreta de las palabras y Jaime Chávarri convirtió
a Óscar Jaenada en Camarón. Cine español para todos los gustos, desde la
adaptación de Ninette de José Luis Garci hasta la comedia Semen, una
historia de amor pasando por la sólida ópera prima 15 días contigo o el
premiado documental El cielo gira.
In extremis, con las uvas casi en la mano se estrenaron King Kong y Los
dos lados de la cama, dos películas cuya vida se extenderá más allá del
difunto 2005. Año en el que Hayden Christensen se convirtió a la vista de
medio planeta en Darth Vader. Que la fuerza nos acompañe.
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