Salir de la pantalla
El estreno de House of the Dead pone de manifiesto la estrecha relación entre cine y videojuegos en los últimos años
Carlos Leal
Hoy en día los jóvenes constituyen el principal segmento del público cinematográfico, y eso es algo que desde hace años tienen muy en cuenta en la industria de Hollywood. El resultado más obvio ha sido una progresiva infantilización de las películas, que se dirigen en su gran mayoría a unos espectadores cuya edad se encuentra entre los 15 y los 25 años. De este modo, cualquier tema que interese a los adolescentes tiene su consiguiente traslación cinematográfica: los deportes, las relaciones personales, la música y, por qué no, los videojuegos.
Los orígenes de este subgénero cinematográfico se remontan a poco más de una década. En 1993 se rodaron las dos primeras películas que buscaban su inspiración en los juegos electrónicos: Super Mario Bros. y Double Dragon. La mascota de Nintendo dio el salto a la gran pantalla con muy poca fortuna, en una insulsa comedia en la que Bob Hoskins y John Leguizamo daban vida a Mario y Luigi mientras que Dennis Hopper interpretaba al malísimo rey Koopa. Meses después se estrenaba Double Dragon, un filme basado en la máquina recreativa clásica que también supuso un fiasco en todos los sentidos.
Sin embargo, esto no pareció desanimar lo más mínimo a los productores. Desde entonces han sido muchos los videojuegos que han dado el salto a la gran pantalla. Las películas a las que han dado lugar pertenecen a los géneros más diversos, desde la acción (Mortal Kombat) hasta la ciencia ficción (Wing Commander) o el terror (Resident Evil). Las formas de rodaje también han sido variadas, tanto en acción real (Tomb Raider) como en animación (Street Fighter) y animación digital (Final Fantasy).
Además de en el cine, los videojuegos también han sido adaptados en numerosas ocasiones como series animadas de televisión, para el público infantil. En todo caso, parece que el futuro se encuentra en modelos de márketing totales: personajes que lo mismo aparezcan en videojuegos que en series de televisión, películas y vídeos a la venta, y que al mismo tiempo, a ser posible, generen ingentes beneficios por merchandising (peluches, camisetas y cualquier otro tipo de productos en los que los creativos puedan pensar). En ese sentido, el ejemplo paradigmático es el de los Pokémon. Picachu y sus amigos protagonizan unos famosísimos videojuegos, una serie de televisión y diversas películas (en España ya se han estrenado tres). También, aunque con un enfoque distinto, está tendiendo a este modelo la Disney, que desde hace años cuenta con una división específica, Disney interactive, para crear los juegos oficiales de las películas que produce.
Sin embargo, si entre los niños las ficciones basadas en videojuegos tienen ya una aceptación considerable, cuando hablamos de públicos algo mayores la cosa no está tan clara. Hasta el momento dentro de este género sólo Tomb Raider ha tenido un éxito sin paliativos, aunque esto no parece frenar el aluvión de títulos basados en videojuegos que se avecinan. Tras House of the Dead, próximamente llegarán a nuestras pantallas Alone in the Dark, Silent Hill, Spy Hunter y Deus Ex, entre otros.
| Comparte este texto: