Punto de Vista: Oriente en Pamplona
El palmarés de la muestra premia el nuevo cine documental asiático y filmes que reconstruyen la propia biografía
Penélope Coronado
Una de las
filmografías que más relevancia han tenido este año en Punto de vista
es la asiática; el festival, que ya dedicó en su segunda edición
un ciclo en torno a la historia y estética del cine documental japonés,
programaba en esta cuarta edición una sección sobre el nuevo cine
documental asiático, amén de engrosar la sección oficial y la paralela
“La región central” –espacio para directores emergentes, obras
que marcan una época y películas multipremiadas– una notable cantidad
de producciones chinas y niponas, también de Filipinas e Indonesia:
Wang Bing, Raya Martín o Apichatpong Weerasethakul, entre los proyectados.
El palmarés
de este último Punto de vista ha recaído principalmente en Asia.
Bingai, del chino afincado en Japón Feng Yan, ha obtenido el Gran
Premio Punto de vista. Un documental que centra su mirada en una mujer
que se resiste a abandonar su pueblo mientras avanzan las titánicas
obras de la Presa de las Tres Gargantas y el agua del río Yangtze amenaza
con subir y cubrirlo todo –con cierta mirada documental, aunque circunscribiéndose
a la ficción, Jia Zhangke nos mostraba este mismo proceso de transformación
y desahucio en su bellísimo film Still life.
El japonés
Tatsuya Yamamoto ha recibido el Premio Jean Vigo al Mejor director por
su film Tsui no sumika, la historia de una anciana de noventa
años que ha de abandonar la casa en la que ha pasado toda su vida porque
va a ser derruida, el pasado que se fue y el incierto futuro en otro
lugar, con otra vida.
Entre el cine
proyectado en Punto de vista también han destacado aquellos trabajos
que transmiten historias desde lo autobiográfico, desde la reconstrucción
de la propia biografía, adquiriendo el autor un rol activo en la película.
De alguna manera, el resto de películas premiadas en esta edición
siguen esta premisa.
Tovarisch,
no estoy muerto, producción británica de Stuart Urban (Premio
del Público), reconstruye la vida del padre del cineasta, judío-polaco
superviviente del Holocausto, que, gracias a su ingenio, escapó con
vida de la persecución soviética; padre e hijo filmarán una crónica
cinematográfica en busca de las pruebas que demuestren su épica –y
a veces oscura– historia. Leer tras mi muerte, coproducción
España-EEUU dirigida por Morgan Dews (Primera Mención Especial),
también narra la trastienda de una familia; una familia como cualquier
otra, de la que se nos muestran sus filmaciones caseras, sus fotografías,
sus recuerdos, pero donde también se destapan algunos puntos oscuros
no previstos. Una historia de gente en guerra, producción armenia
de Vardan Hovhannisyan (Segunda Mención Especial), es un documental
de guerra en primera persona, la reflexión de un cineasta que retoma
las viejas cintas de vídeo en las que filmó a sus compañeros de trinchera
durante la guerra entre Armenia y Azerbayán.
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