Smoke: El peso del humo
El ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras Paul Auster debutó en el cine de la mano de Wayne Wang en Smoke
Carlos Leal
Todo empezó con una historia. En 1990, el escritor Paul Auster publicó en el "New York Times" un relato titulado "Cuento de Navidad de Auggie Wren", en el que narraba la historia de un dependiente que cada mañana, precisamente a las ocho en punto, toma una fotografía de su pequeño rincón en el mundo, una tienda de tabacos situada en la esquina entre la Calle 3 y la Octava Avenida de Brooklyn. Esta pequeña anécdota fue el germen del guión de Smoke, la primera aventura cinematográfica de Paul Auster, que escribió para el realizador Wayne Wang.
En torno a este microcosmos situado en el corazón de Brooklyn se desarrollan las pequeñas historias de un puñado de personajes solitarios cuyas vidas parecen marcadas por el azar: el escritor Paul Benjamin, que trata de recomponer su vida tras la muerte de su esposa por culpa de una bala perdida en un atraco; el joven Rashid Cole, que trata de encontrar a su padre, que le abandonó cuando sólo era un niño; Cyrus Cole, que vive la amputación de su mano derecha como un castigo divino; o el propio Auggie Wren, que guarda en su pasado algunos secretos de los que no está del todo orgulloso.
"En plan de broma, decíamos que queríamos hacer una película de Ozu en Brooklyn", explicó más adelante Paul Auster sobre la producción de Smoke, en la que se implicó vivamente. "Trata sobre todo de la necesidad de narrar historias, de dar a los personajes una oportunidad de contarse cosas los unos a los otros".
Smoke supuso el primer éxito en Estados Unidos para el director Wayne Wang (El club de la buena estrella), que consiguió recrear brillamente en imágenes el espíritu de las novelas de Paul Auster. Tanto Wang como el actor Harvey Keitel, que interpreta a Auggie Wren en la cinta, obtuvieron sendos premios especiales del jurado en el Festival de Berlín, en febrero de 1995. Meses después, Paul Auster ganaría un Independent Spirit Award por su guión para la cinta.
Pero la historia de Smoke no termina cuando los últimos créditos cruzan la pantalla. Aprovechando que el rodaje concluyó algo antes de lo previsto, Wayne Wang y Paul Auster decidieron tomarse tres días para rodar una serie de escenas improvisadas en las que el abigarrado catálogo de personajes de Smoke desfilaba en un juego espontáneo frente a las cámaras. El resultado fue Blue in the Face, que se estrenó en otoño de 1995 y en la que colaboraron Lou Reed, Michael J. Fox, Jim Jarmusch, Mira Sorvino, Lily Tomlin y Madonna, entre otros.
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