Talento y ambición

Tras ganar el Globo de Oro, Amenábar se prepara para la carrera por los Oscars de Hollywood

Alejandro del Pino

Rodeado de una cierta leyenda de geniecillo autosuficiente y rebelde (se ha repetido una y otra vez que no ha acabado la carrera de Ciencias de la Información), Alejandro Amenábar (Santiago de Chile, 1972) es el ejemplo más representativo y brillante de una nueva cantera de cineastas españoles que han asimilado con naturalidad la influencia de la televisión y del cine comercial de calidad. Habilidoso, brillante y ágil, nadie parece dudar del talento innato de este joven de apenas 30 años. Citando a Antonio Sempere Nuer (autor de una especie de biografía prematura sobre el director de Tesis), Alejandro Amenábar "lleva el cine en las venas".

Su principal punto de referencia es Hitchcock aunque en algunas entrevistas también ha reconocido la influencia de Kubrick e incluso, más tras el estreno de Mar adentro, de Spielberg. Como el director de La ventana indiscreta, Amenábar es capaz de conectar con el gran público y a la vez obtener un aprecio generalizado de la crítica. Antes de lanzarse al largometraje, Amenábar había realizado varios cortometrajes en vídeo, como Himenóptero, que ganó el Festival de Cortos de Elche, o La caleza, premiado en el Festival de Cine y Video de AICA. En ellos ejercía de guionista y director, se encargaba de la fotografía y de la sonorización, componía la música, interpretaba,.. Por aquella época, el cineasta José Luis Cuerda vio de manera casual uno de sus trabajos y decidió producir su primer corto en 35 mm (Luna) y su debut en el mundo del largometraje (Tesis).

Así, con tan sólo 22 años, Amenábar se estrenaba como director y lo hacía con un brillante y entretenido thriller psicólogico que exploraba el poder y la fuerza de la imagen en la sociedad contemporánea. Su éxito en taquilla quedó refrendado por pretigiosos galardones internacionales (como el Premio del Público en el Festival de Annency) y por su espectacular triunfo en la edición de 1996 de los Goyas (donde obtuvo siete premios, entre ellos a la Mejor película, a la Mejor dirección novel y al Mejor guión original). Tesis supuso también el redescubrimiento de Ana Torrent, la niña de El espíritu de la Colmena, y el lanzamiento de dos nuevos actores: Eduardo Noriega y Fele Martínez.

En 1997 estrena Abre los ojos, un film que actualiza el mito del Dr. Jeckyll y Mr Hyde y contiene numerosas referencias a Vértigo de Hitchcock. Con un final propio de un relato de ciencia ficción, Abre los ojos narra las desventuras de un apuesto joven cuyo rostro queda desfigurado por un "accidente" y comienza a confundir la realidad con el sueño. Destaca la pareja de protagonistas femeninas (Penelope Cruz y Nawja Nimri) y la ambientación onírica y distorsionada que consigue en algunos tramos del film. La película recaudó más de 1.000 millones de pesetas sólo en España, generó interés en directores de prestigios como Jim Sheridan y fascinó tanto a Tom Cruise que decidió comprar los derechos y darle la oportunidad de triunfar a nivel internacional con Los Otros. Rodada en inglés, Los Otros, producida por Tom Cruise y protagonizada por Nicole Kidman, supuso el salto de Amenábar a un medio, el de Hollywood, que todos anunciaban como su próximo destino.

Sin embargo, Alejandro Amenábar se ha quedado en España para rodar uno de sus proyectos más ambiciosos y el que parece que definitivamente puede abrirle las puertas de la gran meca del cine. La conmovedora y valiente historia de Mar adentro, que refleja la vida y la lucha del tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, parece ser una candidata firme a llevarse el Oscar a mejor película extranjera, sobre todo tras ganar el Globo de Oro en Estados Unidos. Desde ahí apenas se divisan límites que pongan trabas al talento y la ambición de este joven director.

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