Así, cuando parecía que la estrella
de Marlene se estaba apagando, la actriz se vio de nuevo envuelta
en la polémica con motivo de la guerra. A pesar de que
sus películas estaban prohibidas, el ministro de propaganda
nazi, Joseph Goebbels, trató que Marlene regresase a Alemania,
buscando dar un golpe de efecto. La respuesta de la Dietrich fue
inmediata: se hizo con la nacionalidad norteamericana y, una vez
que comenzó el conflicto, actuó de forma incansable
para los soldados aliados que luchaban en la contienda. Muchos
alemanes nunca se lo perdonaron y la actriz tuvo que soportar
el acoso de la prensa conservadora germana incluso muchos años
después de la finalización de la Segunda Guerra
Mundial. Después, sólo volvería a su país natal para filmar
Berlín occidente con Billy Wilder, en 1947, y para una
gira de conciertos, en 1960.
Sus
últimos años frente a las pantallas estuvieron marcados
por tres míticas interpretaciones bajo la batuta de grandes
directores: en Testigo de cargo, dirigida por Billy Wilder;
Juicio de Núremberg, de Stanley Kramer, y, sobre todo,
en Sed de mal de Orson Welles. En esos momentos, la creencia
general en Hollywood era que Marlene Dietrich se había
convertido en un mito pasado de moda, un modelo antiguo que sin
el tutelaje de Sternberg no podía dar prácticamente
nada de sí. Sus actuaciones en estos tres filmes demostraron
que sí era una gran actriz. El propio Orson Welles, que
decidió de improviso contar con ella para uno de los papeles
importantes de Sed de mal, afirmó que le había
regalado una de las mejores escenas de toda su carrera como realizador.
Tras estos papeles, Marlene se fue alejando progresivamente
del cine, concentrándose en exclusiva en su faceta de cantante.
A lo largo de los años sesenta realizó varias giras
e incluso obtuvo algún éxito notable en Europa con
singles como "Where Have All the Flowers Gone?". Una
vez que se hizo pública su adicción al alcohol,
Marlene Dietrich decidió desaparecer de la vida pública,
recluyéndose primero en Nueva York y luego en París.
En su país de origen, con motivo del centenario de su nacimiento,
hace sólo un par de semanas, sus compatriotas celebraron
con euforia el aniversario, organizando numerosos actos que pusieron
de relieve la importancia de la mítica Lili Marlen.
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