Cine andaluz
CC:
¿Creéis que, dados los últimos éxitos se puede hablar de un nuevo
momento para el cine andaluz?
SA: Para empezar hace
falta dinero y mucha suerte. Se puede conocer el oficio a la perfección,
pero sin dinero no se puede hacer nada. Madrid está ya a dos horas
de aquí y es ahí donde está el dinero.
AR:
Hay que darse cuenta de que, por ahora, el único nexo de unión
entre películas como Solas o El factor Pilgrim es
que están hechas con poco dinero. Por eso creo que el cine andaluz,
como tal, no despegará nunca. Yo ahora mismo conozco a cuatro
o cinco personas que están capacitadas para rodar un largo, pero...
SA: Es que falta de
todo. Faltan infraestructuras, falta industria, ha sido así tradicionalmente
en España. Tan sólo han tomado buenas posiciones las productoras
que ya estaban situadas anteriormente. Andalucía no tiene lugar
porque aquí nunca ha habido productoras con auténtica capacidad.
No se puede hacer ahora una lectura errónea de la realidad. Es
necesario salir a la calle y ver lo que hay. La realidad es que
a mis amigos de aquí que tienen algo que ver con el mundo del
cine hay que ir a buscarlos a Madrid. Me los encuentro más allí
que aquí. Pero ya se sabe, a la hora de empezar en serio quedan
dos salidas o pones tú tu propio dinero o buscas gente que lo
ponga desde Madrid.
AR: A nosotros la única
salida que nos quedó fue la autoproducción y nos ha ido bien.
No a todo el mundo le va igual.
SA: La verdad es que
queríamos hacer una película para aprender. No eramos tan ambiciosos.
Los cortos
CC: ¿Os pilló por sorpresa el éxito
tan abrumador de Bancos?
SA: En cine, y mucho
más cuando se habla de cortos, nunca esperas nada. Es necesario
pensar en cosas abarcables, por eso se suele comenzar por un corto.
Así aprendes. Yo he hecho cortos horrorosos de los que nadie se
ha enterado.
CC: ¿Títulos?
SA: (Risas) No, no los
digo por respeto a la gente que trabajamos en ellos. Además me
encuentro muy orgulloso de estos cortos. Aprendí mucho. De todas
maneras en Bancos ya entramos con otra experiencia. Recuerdo
una frase que una vez dijo un director, "lo único que quiero es
que el resultado final se parezca lo máximo posible a la idea
que cruzó mi cabeza". Es muy sencillo, pero creo que al final
todo se reduce a eso. Y en Bancos los dos teníamos más
claro qué queríamos hacer.
CC: ¿Qué diferencias
hubo a la hora de enfrentarse al largometraje?
AR: Tampoco hubo muchas
diferencias. No notamos asuntos de presión porque trabajamos con
mucha libertad en El factor Pilgrim.
SA: La verdad es que
es un largo con espíritu de corto. Pero también nuestros cortos
los hemos rodado manteniendo una jerarquía. Hombre, no es algo
militar pero cuando rodamos estamos trabajando. Además otra cosa
que asemeja Pilgrim a los cortos es que desde el primer
al último miembro del equipo habla de la película como si fuera
algo suyo, todos dicen "mi" película. Eso, la verdad, no ocurre
en muchos largos.
CC: ¿Y estáis preparados
para rodar con más presupuesto y más presión?
SA: A mi me da cierto vértigo pensar que
realmente me voy a dedicar a esto. Hace un año yo no pensaba que
fuera a vivir del cine. Creía que me dedicaría a otras cosas y
esto lo tendría como una afición. Me cuesta verme en los periódicos,
que salga mi foto, que hablen de mí... eso da vértigo, pero no
puedo negar que me siento un privilegiado.
AR: Yo creo que la gente no se da cuenta
de que el cine es, fundamentalmente, un trabajo. Nosotros estamos
conociendo a gente que curra mucho. Además los mejores son los
que trabajan más.
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