Cuentan de William Wyler que, durante el rodaje
de Jezabel, obligó a Henry Fonda a repetir una toma
hasta en cuarenta ocasiones. Cuando el actor, visiblemente molesto,
le preguntó qué era exactamente lo que quería,
Wyler le respondió con un lacónico "sólo
quiero que lo hagas bien". En una época en la que
Hollywood producía en serie las películas como si
fueran una simple mercancía, el perfeccionismo de William
Wyler suponía un verdadero reto al sistema de los estudios,
sostenido únicamente por el éxito que cosechaban
una tras otra sus películas.
Nacido
el 1 de julio de 1902 en la localidad francesa de Mulhouse, William
Wyler llegó al mundo del cine por lazos familiares. Su
tío Carl Laemmie había sido uno de los fundadores
años atrás de la Universal, uno de los primeros
estudios que se atrevieron a plantar cara al monopolio de Edison
desde California. Cuando, a principio de los años 20, Laemmie
le ofreció un puesto dentro del estudio, William Wyler
no se lo pensó dos veces y se estableció en Estados
Unidos.
En la Universal, Wyler comenzó trabajando
dentro del departamento de publicidad. Sin embargo, en 1925 tuvo
la oportunidad de dirigir su primera película, un western
de dos rollos titulado Crook Buster. En los diez años
siguientes, dirigió más de cuarenta filmes para
el estudio, la mayoría de ellos ambientadas en el salvaje
oeste.
Cansado del escaso interés por la calidad
y del frenético ritmo de producción que reinaba
en la Universal, en 1935 Wyler abandona el estudio y firma un
contrato con la Metro Goldwyn Meyer, compañía para
la que dirigió algunos de sus más memorables largometrajes.
Un año después logró el primer gran éxito
de su carrera con Desengaño. Basada en una novela
de Sinclair Lewis, la película le proporcionó su
primera nominación al Oscar al Mejor Director, premio que
obtuvo en tres ocasiones a lo largo de su carrera.
Después
de trabajar con Humphrey Bogart en Dead End, que también
compitió por el Oscar a la Mejor Película, en 1938
Wyler fue cedido a la Warner Bros para dirigir Jezabel.
Tras la negativa de Jack Warner a que Bette Davis interpretara
el papel de Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llevó,
la Warner Bros no escatimó gastos para compensar a su principal
estrella femenina. Con un presupuesto que superaba el millón
de dólares, Wyler obtuvo de Bette Davis una de las mejores
actuaciones de su carrera, que le valió una nominación
al Oscar. El director y la actriz volvieron a trabajar juntos
en otras dos ocasiones durante los años siguientes: La
carta (1940) y La Loba (1941).
El estallido de la Segunda Guerra Mundial iba
a dar un giro a la trayectoria de William Wyler. Después
de dirigir en 1942 el drama bélico La señora Miniver,
que le proporcionó el primer Oscar de su carrera, Wyler
se enroló en el ejército estadounidense y dirigió
diversos documentales en el frente de batalla, entre ellos el
popular The Memphis Belle, que en 1990 fue objeto de un
remake ficcionalizado.
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