El
regreso a la dirección de Agustín Díaz Yanes
no ha sido un camino de rosas desde ningún punto de vista.
Tras deslumbrar al público y la crítica con su debut
en la dirección, Nadie hablará de nosotras cuando
hayamos muerto, que obtuvo ocho goyas y fue designada mejor
película de la década por los críticos de
la revista Cinemanía, ha tardado más de seis años
en volverse a poner detrás de las cámaras.
En su camino ha dejado proyectos como Madrid
sur o La capital del mundo, hasta que encontró
financiación para la comedia Sin noticias de Dios,
en la que ha estado trabajando los dos últimos años.
El rodaje estaba previsto para el pasado otoño, pero tuvo
que posponerse cuando Penélope Cruz recibió la oferta
para volver a interpretar su papel de Abre los ojos en
su remake americano, Vanilla Sky, dirigida por Cameron
Crowe.
Con este proyecto, Cruz regresa a España
tras su periplo americano, que le ha llevado a rodar películas
como Todos los caballos bellos, Woman on top, La
mandolina del capitán Corelli o Blow. La actriz
señaló durante la rueda de prensa que espera en
lo sucesivo poder compaginar sus proyectos estadounidenses con
rodajes en España.
Otra que no se ha prodigado demasiado últimamente
en España es Victoria Abril. La protagonista de Nadie
hablará de nosotras cuando hayamos muerto cuenta entre
sus últimos proyectos con la película 101 Reykjavik,
una comedia negra dirigida por Baltasar Kormákur, y Mares del
sur, de Marcelo Cesena.
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