Eliza tiene dos hijos pequeños, un marido cariñoso, pero muy despistado, y un enorme deseo de encontrarse a sí misma y poder retomar su abandonada carrera de escritora. Sin saberlo, está a punto de vivir un día que pondría a prueba hasta a la mejor madre del mundo: en sólo 24 horas deberá organizar el cumpleaños de su hija, lidiar con el equipo de rodaje de una película que ha invadido su urbanización, asistir a la comida semanal con sus amigas, intentar escribir un artículo para una revista, sacar a pasear a su perro incontinente, y por si fuera poco, perseguir a su escurridizo hijo de dos años.
Comentario
La realizadora Katherine Dieckmann observó una carencia de comedias buenas sobre la maternidad. “El cine rara vez se centra en una etapa de la vida tan difícil pero tan gratificante –apunta la directora-. Las madres de celuloide suelen ser o totalmente entregadas y perfectas o monstruos controladores, demasiado sacrificadas o demasiado arpías, cuando en realidad las madres pueden ser las dos cosas a la vez”. El único precedente que destaca como inspiración es Baby, tú vales mucho con Diane Keaton y Sam Shepard. A pesar del repunte de la comedia americana reciente, Dieckmann señala que el cine de Apatow y cia no hace más que hablar de personajes masculinos Peter Pan que se niegan a madurar. La otra clave de la cinta es el papel principal que encarna Uma Thurman, que se desmarca del estereotipo de actriz para filmes más extremos o violentos. La idea de Dieckmann, que escribió el guión basándose en su experiencia criando a dos hijos, no era hablar de tareas exageradamente difíciles sino el mero hecho de ser madre y los problemas diarios que conlleva en circunstancias reales, apoyándose en el humor y la empatía.
Curiosidades
Las cosas que le pasan al personaje de Eliza Welch le pasaron en gran medida a la directora: llevar a los hijos a un colegio público bastante hippie, luchas encarnizadas por un sitio en el que aparcar, enfrentamientos con turistas y madres juiciosas, la anécdota de la pastelería con el nombre mal puesto en la tarta…