Comentario
La carrera del famoso director danés Lars von Trier es realmente variada, constituida por diferentes etapas vitales y estilísticas. La última de ellas había dado como resultado la intención de hacer una trilogía dramática sobre la hipocresía en Estados Unidos. Antes de abordar la tercera entrega, Wasington (y después de su entretenimiento lúdico de El jefe de todo esto), el director pasó por una depresión que le impedía trabajar. Al cabo de unos meses, se puso a escribir un guión a modo de terapia. Fue una experiencia diferente, más directa y orgánica, y la historia estaba basada en las llamadas necesidades básicas del ser humano. Anticristo es un thriller psicológico que desató la polémica en su estreno en Cannes, por contener algunas imágenes realmente turbadoras. El punto de partida de la trama recuerda, más allá de la ambientación, al Secretos de un matrimonio de Bergman, pero el danés ha reconocido que su mayor influencia ha sido Strindberg. Así, la importancia de la interpretación es capital en este trabajo de Von Trier, con una exigencia emocional y física enorme para Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg.