Desmontando América

Por Pablo Matilla

Existe un cierto recochineo en el disfrute de los alegatos críticos contra el sistema americano que llegan últimamente a nuestras pantallas, ya que reafirman nuestras tesis anti-americanas que desmontan los ideales utópicos de su archiconocida Constitución. El caso es que la crítica a terceros es muy placentera y disfrutar con las injusticias y desmesuras de nuestros conocidos yanquis puede cegarnos a la hora de caer en la cuenta de que estos manifiestos críticos con su sociedad, en la mayoría de los casos están firmados por ellos mismos. Así que cabe preguntarse qué autocrítica hacemos nosotros aquí, ya que tenemos mierda que sacar para rato.

Capturing the Friedmans es el primer largometraje de Andrew Jarecki, quién, a lo Benjamin Franklin, se hizo a sí mismo tras crear la tecnología CEO de Movifone y posteriormente venderla a American Online. Millonario, dedica sus días a cultivar sus hobbies culturales, entre ellos la dirección de este magistral documental.

El tema principal del documental surgió por casualidad, ya que Jarecki se disponía a hacer un documental sobre David Friedman, el mejor payaso de Nueva York. Quedó entusiasmado por su habilidad para con los niños al contratarle de clown para la fiesta de cumpleaños de su hija y decidió realizar un documental acerca de él. Sin embargo, al indagar en el lado más personal del payaso, descubrió que éste pretendía ocultar todo lo que tuviera que ver con su familia.

La familia de David Friedman se vio envuelta en un caso de pederastia en los años ochenta, cuando detuvieron a su padre, Arnold Friedman, por posesión de pornografía infantil. Se daba el caso de que Arnold, un excelente maestro jubilado, impartía clases particulares de informática, lo que dio pie a la policía a abrir una línea de investigación que llevase a Arnold a la cárcel por violar supuestamente a sus alumnos.

El documental no se limite a desmontar la frágil investigación que llevó a Arnold Friedman y a uno de sus hijos a la cárcel, si no que ahonda en la desestructuración familiar gracias a la afición de los Friedman al vídeo doméstico. Durante el juicio, cuando Arnold Friedman se encontraba en arresto domiciliario, los hijos grababan en vídeo las discusiones familiares acerca de lo ocurrido, un hecho insólito que humaniza, con el visionado de sus imágenes, a los monstruos sociales que aparecen a diario en las páginas de sucesos.

Capturing the Friedmans tiene valores antropológicos de incalculable valor. Desmonta mitos, borra tabúes y nos acerca a una verdad gris que no tiene sitio en sociedades maniqueas donde sólo se distingue entre blanco o negro. Una obra maestra.

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