Humor inglés

Por Carlos Leal

"Es que estamos haciendo humor inglés", se disculpaban los cómicos Faemino y Cansado en uno de sus espectáculos, después de escenificar un gag irreproducible. Sin embargo, más allá del tópico lo cierto es que, desde los tiempos de la mítica Ealing hasta nuestros días, el cine británico ha dejado para la posteridad un buen puñado de comedias hilarantes, que figuran con todo merecimiento entre las mejores de la historia del cine.

Un funeral de muerte persigue la senda de la gran comedia británica, prescindiendo por completo del componente romántico que lastraba los últimos grandes éxitos del cine de las islas, de Cuatro bodas y un funeral a Love Actually pasando por El diario de Bridget Jones.

Las virtudes del filme se asientan en un guión sorprendentemente preciso, obra del prometedor Dean Craig. A lo largo de apenas una hora y media, Un funeral de muerte construye un enredo brillante, lleno de giros inesperados y momentos hilarantes, que culmina en un crescendo final memorable. También contribuye al funcionamiento de la empresa el conjuntado reparto, al que aporta verosimilitud el hecho de no contar con caras conocidas (más allá del estadounidense Peter Dinklage, al que vimos en The Station Agent).

En el plano del debe, la realización, a cargo del irregular Frank Oz (Las mujeres perfectas), resulta un tanto plana, y algunos chistes, aunque efectivos, pecan de demasiado gruesos. Además, el funeral que sirve de marco a la narración funciona sólo como un entorno convencional que ejerce como contrapunto frente a lo disparatado de las situaciones, y no como una fuente de comicidad per se. Y es que, al contrario de lo que la premisa parece indicar, Un funeral de muerte propone un modelo de humor esencialmente blanco, lejos del punto morboso de las mejores comedias de la Ealing, El cuarteto de la muerte y Ocho sentencias de muerte.

Con todo, si dejamos un rato de lado el sentido crítico y entramos en la sala risómetro en mano, tendremos que reconocer que Un funeral de muerte puede no tener la altura de un clásico, pero sin duda es una de las películas más divertidas de lo que va de año. Tal y como está el mundo de la comedia últimamente, una hora y media de risas garantizadas no es poco.

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