Elena Anaya
De Palencia al cielo
Carlos Leal -
Apenas contaba veinte años y un par de cortos a sus espaldas la actriz Elena Anaya cuando le propusieron su primer papel protagonista, en África de Alfonso Ungría. Corría el año 1996, y Elena acababa de llegar a Madrid desde su Palencia natal y preparaba las pruebas de acceso a la Escuela Superior de Arte Dramático. “Siempre quise ser actriz”, explica Elena Anaya, “me acuerdo que cuando mis amigos elegían sus carreras después de C.O.U, yo miraba el listado de títulos y no me convencía ninguno”.
A pesar de que la película distó mucho de ser un éxito, algunos ojos comenzaron ya a fijarse en ella, más aún cuando poco después un debutante Fernando León la escogió para interpretar a la peculiar hija de Familia.
Su carrera como actriz estaba ya lanzada, por eso no le preocupó que la expulsaran de la Escuela Superior de Arte Dramático por no poder asistir regularmente a las clases. En los años siguientes llegarían papeles de diferente importancia en películas como Lágrimas negras, Las huellas borradas, Finisterre o El invierno de las anjanas.
Ya por entonces Elena Anaya era una de las actrices con más proyección del cine español, pero el salto definitivo a la fama le llegó en 2001 gracias a Lucía y el sexo, de Julio Medem. Aunque breve, su papel trágico y cargado de sensualidad no pasó inadvertido para el público ni para sus compañeros de profesión: gracias a él consiguió el premio de la Unión de Actores y una nominación al Goya a la mejor actriz de reparto, la única de su aún breve trayectoria cinematográfica.
Desde entonces, Elena Anaya ha participado en muchas de las producciones más importantes del cine español. Pedro Almodóvar la reclamó para un pequeño papel en la oscarizada Hable con ella, Agustín Díaz Yanes le ofreció participar junto a Penélope Cruz y Victoria Abril en Sin noticias de Dios, y, hace un año, la fichó para uno de los papeles principales de la superproducción Alatriste.
Además, el éxito independiente de Lucía y el sexo en Estados Unidos permitió a Hollywood tomar buena nota de su belleza y su talento. En el año 2004 rodó Dead Fish, junto a Gary Oldman, e interpretó a una de las vampiresas de Van Helsing a las órdenes del director de La momia, Stephen Sommers. También ha participado recientemente en dos películas españolas rodadas en inglés: el filme de terror Frágiles y la comedia Miguel y William.
Está claro que el futuro de Elena Anaya pasa por Estados Unidos. Esta semana estrena en España Entre mujeres, un drama romántico dirigido por el debutante Jon Kasdan en el que actúa junto a Meg Ryan y Olympia Dukakis. Además, pronto la veremos en Savage Grace, una coproducción hispano-estadounidense protagonizada por Julianne Moore que se ha estrenado recientemente en el Festival de Cannes.
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