Guillermo Toledo

Un tipo muy gamberro

Ana Pérez Martín -

Su actuación en la gala de los Goya 2003 le valió a Guillermo Toledo la etiqueta de actor reivindicativo. Desde entonces, este madrileño de 34 años se ha convertido en el abanderado de una férrea oposición a la guerra y aprovecha cualquier oportunidad para decir lo que piensa. Con la cabeza bien amueblada y sin pelos en la lengua, Willy (como le conocen sus amigos) ha demostrado que es más que un simple artista.

Desde que comenzó su trayectoria en el mundo del espectáculo, Toledo ha caminado seguro por la comedia, con una buena acogida del público que comparte su humor amable a la vez que pícaro. Y es que Willy no es un recién llegado. Lleva sobre los escenarios desde los 16 años, cuando se le despertó el gusanillo por la interpretación durante una corta estancia en Estados Unidos. De vuelta a Madrid, probó con distintos oficios (portero de discoteca y pastelero entre ellos), pero nada le llenaba tanto como el teatro. Por este motivo acaba en la escuela de actores de Cristina Rota donde conoce a Ernesto Alterio y Alberto San Juan, dos grandes del cine actual, y junto a los que fundaría la compañía Animalario.

Su debut en la gran pantalla se produce en 1994, gracias al pequeño papel que le ofrece Pedro Olea en su película Morirás en Chafarinas. Poco a poco Guillermo Toledo se convierte en un secundario ocasional en algunos de los títulos más importantes del celuloide español. La lengua de las mariposas, Manolito Gafotas, La mujer más fea del mundo o Juana la Loca figuran en el currículo del actor, pero fue su paso por la televisión lo que le convirtió en un rostro conocido por el gran público. Comenzó su periplo televisivo con pequeñas interpretaciones en “Blasco Ibáñez” o “El Comisario”. Y llegó su gran oportunidad con la serie “7 vidas” donde interpretaba a Richard, un bala perdida del que todavía no ha podido desprenderse. La comedia se le da bien, aunque Toledo quiere cambiar de registro y es Salvador García Ruiz quien le da la oportunidad de flirtear con el drama en El otro barrio.

Los proyectos comienzan a lloverle, y película tras película va demostrando que esto de la interpretación es lo suyo. Sin embargo, será un musical el que consagre la trayectoria de Toledo. Con El otro lado de la cama se estrena como cantante y consigue su primera nominación a los Goya (Mejor Actor Revelación). Su interpretación del amigo de Gerald Brenan en Al sur de Granada le convierte en uno de los actores más polifacéticos del panorama español.

A partir de ahí, Toledo prueba con todo, desde filmar cortometrajes con amigos hasta la representación del montaje Alejandro y Ana con su grupo Animalario. Entre sus éxitos más recientes están Días de fútbol, Las voces de la noche y Seres queridos. Y ahora llega su primer protagonista de la mano de Alex de la Iglesia. En esta ocasión, este Walter Matthau nacional da vida a Rafael, un trepa sin escrúpulos que no duda en cometer el Crimen Ferpecto.

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