Ciertos actores se van convirtiendo a lo largo
de su carrera en todo un subgénero cinematográfico.
A partir de una película de éxito, los papeles que
les ofrecen comienzan a parecerse sospechosamente a otros que
ya interpretaron, revelándose como descaradas fotocopias
del pasado. Muchos huyen aterrados de este "encasillamiento";
otros, más consagrados, lo aceptan con tranquilidad, escapándose
a otro tipo de personajes cuando necesitan aire y regresando a
la comodidad del traje viejo si buscan una buena taquilla o andan
cortos de autoestima. Michael Douglas es uno de los últimos,
el elegido por Hollywood a la hora de dar vida al burgués
triunfador, hombre de negocios o profesional liberal al que las
circunstancias terminan por sacar de quicio, convirtiéndolo
en un tipo enloquecido, dispuesto a todo. Fue así en Crimen
Perfecto, The Game, Acoso, Un día
de furia o Atracción Fatal.
Ahora
Douglas, quizá agobiado al ver la factura de su boda, vuelve
a "su" papel con un thriller sin ambiciones, previsible,
que, sin embargo, ha sido bien acogido por el público estadounidense.
Se trata de Don´t Say a Word. La película
cuenta la historia del doctor Nathan Conrad (Douglas), un afamado
psiquiatra que vive tranquilamente junto a su mujer (Famke Janssen)
y su hija de ocho años en Nueva York. Todo va a cambiar
la mañana del día de Acción de Gracias, cuando
su hija es secuestrada por una banda de ladrones. Desde ese momento
la existencia del doctor Conrad se convierte en una búsqueda
contrarreloj de un número de seis cifras, la clave para
que los secuestradores puedan hacerse con una valiosa joya. La
única forma de obtenerlo es a través de una niña
semicatatónica (Brittany Murphy) que lo guarda en lo más
hondo de sus recuerdos.
La película está dirigida por Gary
Fleder, responsable de otros filmes de género como Cosas
que hacer en Dever cuando estás muerto o El coleccionista
de amantes. Ahora Fleder se ha decidido por adaptar la novela
homónima de Andrew Klavan. Sin duda el principal aval del
Don´t Say a Word es la presencia de Michael Douglas.
Junto a él podremos ver a la deslumbrante Famke Janssen
y a Brittany Murphy, protagonista de la aplazada Aceras de
Nueva York, quien ha recogido magníficas críticas
por su papel de niña catatónica. No ha ocurrido
igual con el filme que ha sido calificado de "absurdo"
y "poco original" por la prensa especializada en Estados
Unidos. "Es un thriller clásico, su originalidad
está en las cualidades inesperadas de sus personajes",
se ha apresurado a defender Douglas. Afortunadamente para él,
la taquilla le está dando la razón ya que la película
lleva dos semanas en lo más alto del Box Office.
Durante
algún tiempo, tras los atentados acaecidos en Estados Unidos,
se rumoreo que Don´t Say a Word retrasaría
su estreno, puesto que el filme se desarrolla de forma íntegra
en Nueva York y ofrece vistas del World Trade Center. Sin embargo,
no sólo se mantuvo la fecha inicial, sino que la está
llevando al cine a un buen número de norteamericanos. Sus
responsables comerciales, aprovechando las circunstancias, han
declarado que las buenas cifras de un thriller como Don´t
Say a Word es una señal más de que sus compatriotas
"buscan recuperarse de la decepción a través
del cine. La gente encuentra gran satisfacción en el hecho
sencillo de ir a ver una película".
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