Cuenta el realizador Jean Pierre Jeunet que viajaba en el coche
de un amigo cuando escuchó por primera vez la música
de Yann Tiersen sonando en el estéreo. Quedó inmediatamente
impactado, compró todos sus álbumes y, tras un par
de conversaciones con el artista, le contrató para que
pusiera música a la fábula inocente y bienintencionada
que rondaba en su cabeza: Amelie.
Para esta deliciosa película, Tiersen ha utilizado
una composición original y rica, que se aleja de cualquier
forma tradicional de musicar un filme. Dando la voz a instrumentos
como el piano, el carillon, el banjo, las mandolinas y acordeones,
el original músico francés logra un sonido homogéneo,
acogedor e imaginativo, muy en la línea de dos de sus trabajos
anteriores: "L'Absente" y "Rue des Cascades".
Sería difícil destacar un tema, aunque
son más que recomendables el excepcional piano del cuarto
corte "Comptine DŽun Autre Ete: L´aprés midi" y el
sabor parisino, a vals nocturno, que sobrevuela la cinta en temas
como "Les jours tristes" o "J´y suis jamais
allé".
|