Corría el año 1974 cuando Brian de Palma invitó a cenar juntos al cineasta Martin Scorsese y al guionista Paul Schrader. Scorsese acudía a la cita con un propósito claro: quería que Schrader, que por entonces acababa de vender su primer guión en Hollywood (The Yakuza), le escribiera una adaptación cinematográfica de la novela El jugador, de Fedor Dostoievski. Más...