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Sinopsis
Mientras sube por la rampa que conduce al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, Marisa recuerda los terribles días que pasó en el, durante la Guerra Civil. Cuando las líneas republicanas empezaron a avanzar, Luis de Aracil, hombre de ideas extremistas, la había llevado hasta el Santuario, defendido por los partidarios del alzamiento, donde estaría más segura. Allí dirigía la defensa el Capitán Cortés. Otra plaza cercana (El Palacio de Lugar Nuevo), también era defendida por las fuerzas nacionales, hasta que se replegaron al Santuario. El Santuario era provisto de víveres por avión desde Córdoba y Sevilla, destacando en el abastecimiento el laureado Capitán Carlos Haya. Algunos asediados murieron a consecuencia de intoxicación por hierbas, con las que se alimentaban. El 1 de mayo de 1937, tras una dura resistencia de más de nueve meses, el Santuario fue tomado por las fuerzas republicanas. Se cuenta que la talla de la Virgen de la Cabeza fue escondida durante el asedio, y jamás se encontró.
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Puntuación |
5,8
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