Sinopsis

 Principios del siglo XX, Arabia. Bajo el implacable cielo del desierto, dos jefes tribales se declaran la guerra y se enfrentan. Los cuerpos de sus guerreros quedan esparcidos por el campo de batalla. Nesib, emir de Hobeika, es el vencedor e impone las condiciones a su rival Amar, sultán de Salmaah. Aceptan no intentar hacerse con la tierra de nadie que separa los dos reinos, conocida como Franja Amarilla. Como garantía, y de acuerdo con las leyes tribales de entonces, Nesib “adoptará” o, mejor dicho, se llevará como rehenes a los dos hijos de Amar, llamados Saleeh y Auda.

Comentario

 El productor Tarak Ben Ammar, antes de trabajar con directores como Roman Polanski, Franco Zeffirelli, Brian De Palma, Giuseppe Tornatore, Rachid Bouchareb y Julian Schnabel, se hizo famoso por convencer a George Lucas de grabar en Túnez La guerra de las galaxias. Desde entonces, su máximo anhelo no era otro que adaptar el libro ‘Al sur del corazón’, del autor suizo Hans Ruesch. Una epopeya ambientada en el desierto de Arabia que, ineludiblemente, nos hace rememorar el Lawrence de Arabia de David Lean. El proyecto arrancó cuando atrajo al director Jean-Jacques Annaud (El nombre de la rosa, Enemigo a las puertas). "Necesitaba a un director que entendiera y respetara el mundo árabe. No quería una interpretación estilo Hollywood del mundo árabe, pero sí la calidad, la envergadura y la acción que aporta Hollywood. Sobre todo, quería autenticidad. Jean-Jacques era perfecto. Se documentó acerca del islam, del Corán, y ha sido muy respetuoso. También entendió que era una película dirigida a un público global", indica Ben Ammar. Con un guión adaptado de Menno Meyjes (El color púrpura), la película destaca, además de por sus paisajes, por actores como Tahar Rahim (Un profeta), Antonio Banderas (La piel que habito), Mark Strong (Sherlock Holmes) y Freida Pinto (Slumdog Millionaire).

Curiosidades

 El rodaje se prolongó durante cinco meses en Túnez y Catar. Para reflejar el mundo de la península arábiga a principios del siglo XX se diseñaron y cosieron a mano 7.000 trajes; se fabricaron 700 sillas de montar, 400 rifles y 250 espadas. Más de 20.000 extras, 10.000 camellos y más de 2.000 caballos participaron en las escenas rodadas en el desierto. Se dispararon más de 5.000 balas de fogueo durante el rodaje.

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