Tien es un niño que huye para salvar su vida. No entiende por qué, pero toda su familia ha sido asesinada y no tiene dónde esconderse. Capturado por comerciantes de esclavos, su coraje y su espíritu de luchador le salvarán de una muerte segura. Tien es rescatado por una cuadrilla de bandoleros que lo acogerán y lo instruirán en las artes marciales, convirtiéndose en un gran guerrero. Ya adulto, Tien quiere encontrar respuesta a los misterios de su infancia y, sobre todo, quiere saciar su sed de venganza por la cruel muerte de sus padres.
Comentario
Hong Kong y China han sido tradicionalmente los lugares asiáticos por excelencia de producción de cine de artes marciales. Sin embargo, en los últimos tiempos Tailandia ha empezado a exportar cine de acción al mundo. Películas como Ong Bak: El guerrero Muay Thai o Thai Dragon han dado a conocer este cine y han servido, al mismo tiempo, a lanzar el nombre de Tony Jaa como conocido maestro de artes marciales. La idea de la secuela surgió en Tony Jaa mientras viajaba por todo el mundo para promocionar sus dos primeros filmes, dándose cuenta de que las artes marciales podían lograr grandes intercambios culturales. “El propósito del filme era mostrar todo tipo de artes marciales de todo el mundo en una película sin discriminar si se trataba de una técnica de lucha de Tailandia, China, Japón, Corea o cualquier otro país. A partir de esa idea, me puse a estudiar todos los estilos de artes marciales posibles, como, por ejemplo, el boxeo tailandés antiguo, el boxeo tailandés Chaiya, el boxeo tailandés Korat, el boxeo tailandés Lopburi, Kung Fu, Ninjutsu, Taifudo”, comenta Jaa. Se trata de una historia de amor, codicia e ira, sobre un hombre que tiene que sumirse en su lado oscuro antes de poder descubrir el lado bueno. El film está dirigido por el propio Jaa en colaboración con Panna Rittikrai, quien también escribe el guión.
Curiosidades
Tony Jaa nunca había recibido clases de interpretación. Para esta ocasión decidió trabajar su actuación y se puso a las órdenes de una famosa profesora en Tailandia, Aew Orchuma Yuthawong. “He aprendido a controlar mi estado de ánimo interior y que la mayor fuerza se encuentra en el interior de mi cuerpo –apunta Jaa-. He aprendido a liberar esa fuerza y también he conocido el origen de la identidad de cada persona”.