La familia Campbell se muda a una impresionante casa victoriana en Connecticut sin saber nada de su terrible pasado: no sólo fue una funeraria donde ocurrieron acontecimientos inconcebibles, sino que el hijo del propietario, Jonah, fue utilizado como mensajero satánico y como portal a través del cual espíritus malignos llegaron a nuestro mundo. Ahora, Jonah ha vuelto para acosar a la inocente familia y convertir sus vidas en un infierno.
Comentario
Según parece, en Connecticut hay una fuerte tradición de manifestaciones del gremio de fantasmas. La película que nos ocupa se basa en unos hechos acontecidos en 1987, en el pueblo de Southington, donde una familia acababa de mudarse a una casa que llevaba años vacía y que había sido una funeraria, y en la que empezaron a notar actividades paranormales. El productor Daniel Farrands vio en 2003 un documental en televisión sobre estos hechos y así el proceso empezó de adaptación a cine. Se confió la dirección al prometedor Peter Cornwell, que había llamado la atención con su corto animado de miedo Ward 13. La protagonista del relato es interpretada por Virginia Madsen, conocida por su brillante actuación en Entre copas, y que desde hacía tiempo buscaba un papel en un film de terror pero que, según reconoce, sólo recibía historias de sustos, tortura y gore. "De repente recibí este guión con una historia alucinante y un personaje femenino muy complejo, el de Sara Campbell, y me dio muchísimo miedo", comenta. Le acompañan en el reparto Kyle Gallner (‘Veronica Mars’), Elias Koteas (Exotica) y Martin Donovan (Trust).
Curiosidades
Los cadáveres fueron creados por el artista de efectos especiales Todd Masters, galardonado con un Emma por sus efectos de maquillaje en ‘A dos metros bajo tierra’. Su empresa MASTERSFX utilizó silicona con un armazón de metal y articulaciones soldadas para crear cuerpos que necesitaban de dos semanas de trabajo desde el proceso de modelado del cadáver de tamaño natural hasta el procedimiento de pintar el pelo y los tatuajes.