Henry Poole regresa al barrio de clase media de Los Ángeles donde se crió con el objetivo de hallar algo de paz y soledad. A través de una irritante agente inmobiliaria, compra una casa mediocre sin discutir el precio y se instala con una caja de vodka y montones de donuts. Sin embargo, el retiro tranquilo y voluntario de Henry se ve interrumpido por un trío de vecinas: una cotilla con buenas intenciones llamada Esperanza; la niña de ocho años Millie, que no ha abierto la boca desde que sus padres se divorciaron pero que no cesa de grabar las conversaciones de los vecinos para reproducirlas una y otra vez; y su madre, Dawn, la joven y bella divorciada que le coge un cariño inesperado a Henry.
Comentario
El director Mark Pellington (U2 3D, Mothman: la última profecía) se enfrenta a una historia sobre la fe, que enfoca las luces sobre un hombre desilusionado que no puede escapar al poder de la esperanza. "Es la historia de un hombre sin fe que encuentra la fe y de un desesperanzado que halla la esperanza –indica Pellington-. Lo vi algo estrafalario, divertido y extremadamente humano". El guión es de Albert Torres, que escribió la historia un poco como antídoto para su propia crisis de fe, ya que había dejado de escribir, desmoralizado y con dudas sobre su capacidad para desenvolverse como guionista frente al feroz sistema de la industria de Hollywood. En un primer momento, el protagonista lo iba a interpretar Jim Carrey, que por problemas de agenda tuvo que rechazar el trabajo. Luke Wilson (Los Tenenbaums) tomó el relevo, y como estandartes femeninos se acercaron a la australiana Radha Mitchell (Melinda y Melinda) y a la mexicana Adriana Barraza (Babel).
Curiosidades
Pellington leyó por primera vez el guión a finales de otoño de 2003. Poco después, en verano de 2004, su esposa murió, una tragedia que le arrastró a un período oscuro que, posteriormente, ayudó a que la película tuviera un halo de esperanza. “Cuando me puse a reexaminar el material que estaba desarrollando y me planteé qué tipo de artista quería ser, tuve una actitud totalmente distinta al respecto, porque estaba saliendo de un lugar en el que deseaba la esperanza, buscaba la curación", señala.