En un humilde instituto de barrio estudia Emilio, un chico tímido y con una media de cinco, que lleva toda su vida enamorado en secreto de Natalia, la chica guapa y lista de la clase. Cuando el último día de curso, por fin se decide a declararse, a Natalia le conceden una beca para estudiar Medicina en Oxford. Todo parece perdido para Emilio, pero sus colegas marginados del Instituto no están dispuestos a rendirse. Tras falsificar expedientes y becas, esta pandilla de descerebrados desembarcan en Oxford revolucionando la apacible vida del Campus: Un ciego decidido a tener las mismas oportunidades que los videntes, un heavy en silla de ruedas con exceso de testosterona, un líder intelectual sin intelecto y un gitano cuyo punto fuerte, además de los trapicheos y la estafa, es su buen corazón.
Comentario
Aún con la resaca de la buena taquilla de Mentiras y Gordas, los productores de Fuga de cerebros, Antena 3 Films y Cangrejo Films, podrían repetir éxito con una fórmula parecida: protagonistas jóvenes y guapos provenientes de la ficción televisiva. De hecho, el propio Mario Casas (‘Los hombres de Paco’) también está aquí presente y su réplica interpretativa en esta ocasión la da Amaia Salamanca, popular actriz desde su aparición en ‘Sin tetas no hay paraíso’. La película es el debut en el largometraje de Fernando González, director habitual de la serie ‘Los Hombres de Paco’. Rodada en Madrid y Gijón, se trata de una comedia aparentemente de carácter gamberro, apelativo del que el director reniega. “No es una ‘American Pie’ a la española, es mucho más que eso –afirma González-. Tiene emoción, intensidad y, evidentemente, comedia, pero no es una sucesión de gags como la película americana”. A Casas y Salamanca les acompañan otros actores jóvenes como Alberto Amarilla, Gorka Lasaosa, Pablo Penedo y Canco Rodríguez, además de veteranos como Loles León, Álex Angulo, José Luis Gil, Antonio Resines y Joan Dalmau.
Curiosidades
Toda la parte que se desarrolla en Oxford se rodó en la Universidad Laboral de Gijón, para lo cual, entre otras cosas, tuvieron que cambiar varias fachadas y añadir miles de metros cuadrados de césped natural.