Para el policía Max Payne, la Justicia está por encima de cualquier regla. Un mítico antihéroe decidido a cazar a los responsables del brutal asesinato de su familia. Preparado para la venganza, su obsesiva investigación le conducirá a una pesadilla a través de un oscuro submundo y según vaya profundizando en el misterio, Max se verá obligado a luchar contra enemigos sobrenaturales y enfrentarse a una traición inimaginable.
Comentario
Cada año somos testigos de nuevas adaptaciones de videojuegos. Una tras otra todas fracasan, normalmente tanto para la crítica como para el público. Ahora le toca el turno a uno de los juegos de acción más exitosos de los últimos tiempos. Sacado en 2001 por la compañía finlandesa Remedy Entertainment, la historia de este duro policía que decide abandonar toda regla o protocolo para vengar la muerte de su familia se arropaba con un ‘look’ frío y decadente, con una influencia estilística del primer Matriz, que se traducía incluso en la implementación de un recurso de ‘bullet time’. Los encargados de llevar a la gran pantalla el videojuego son el director John Moore, cuyos dos últimos trabajos fueron dos remakes (La profecía y El vuelo del Fénix), y, como guionista, el debutante Beau Thorne. Moore se ha mostrado muy enfadado por tener que quitar del montaje final algunas escenas para que el filme pudiera obtener una calificación de ‘PG13’. Para interpretar al carismático Payne se eligió a Mark Walhberg, que guarda un parecido más que razonable con el personaje y cuya escasa expresividad se amolda perfectamente a los requerimientos del curtido policía. Junto a él encontramos a Mila Kunis, Chris O'Donnell, Beau Bridges o a los cantantes Ludacris y Nelly Furtado, esta última representando su primer papel en cine.
Curiosidades
Wahlberg no echó unas partidas al videojuego ya que no quería engancharse a él y había conectado suficientemente con el personaje a través del guión.