Un avión se estrella y tan sólo sobreviven diez personas. Claire, una joven psicóloga, deberá ayudar a los supervivientes a superar el trauma. Pero, poco a poco, éstos empiezan a desaparecer misteriosamente. Con la ayuda de Eric, uno de los pasajeros, Claire intentará descubrir qué ocurrió realmente durante el vuelo.
Comentario
Cada vez que sale el nombre del colombiano Rodrigo García en prensa, es inevitable contextualizar al lector para señalarle que se trata del hijo de uno de los más famoso escritores del siglo XX, Gabriel García Márquez. Así y todo, y a pesar de las odiosas comparaciones, García hijo realizó su primera película en 2000, Cosas que diría con sólo mirarla, y suscitó una razonable aceptación, cosa que luego no conseguiría repetir con otra historia coral como la de Nueve Vidas. Implicado desde hace unos años en varias series americanas, ahora se aleja del intimismo romántico de sus otros trabajos para trasladar a la pantalla el tenso guión de Ronnie Christensen, que se inspiró en el miedo a la paternidad que sintió cuando se acercaba la fecha de nacimiento de su primer hijo. “La historia es muy emocional, prefiero las historias que tienen que ver con mujeres importantes, historias para mujeres –señala García-. Es una historia con mucha fuerza, como historia de suspense, como complot, está muy bien equilibrada”. Especializado en la dirección de actores, no es de extrañar que García haya conseguido atraer de nuevo a rostros conocidos como los de Anne Hathaway (Princesa por sorpresa), Patrick Wilson (Juegos secretos), Dianne Wiest (Balas sobre Broadway), Clea DuVall (La maldición), David Morse (La milla verde) y Andre Braugher (La niebla de Stephen King).
Curiosidades
La secuencia del accidente, que sigue al avión desde la explosión a una altura elevada al momento del impacto en la playa, se hizo en parte con imagen real y en parte por ordenador. Se rodó con una cámara envolvente de 180 grados y varios escenarios para el interior del fuselaje, y se utilizó un día entero de helicóptero para grabar los diferentes ángulos del avión, el costado, las vistas de la ventana, que luego se unió con un ala digital, un motor digital en llamas, y la ruptura del avión, que también es digital.