Berlín, 1942. Bruno tiene nueve años y desconoce totalmente el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país está infligiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre ha ascendido en su trabajo y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada en la que no hay mucho que hacer y sobre todo nadie con quien jugar. Pero todo cambia cuando conoce a Shmuel, un chico que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada y que, como todos los que habitan allí, viste un uniforme similar a un pijama de rayas. La amistad de Bruno y Shmuel marcará el fin de su inocencia infantil.
Comentario
La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto han sido unos de los temas más utilizados por el cine a la hora de abordar la historia del siglo XX. Teniendo en cuenta que desde que se editara en 2006, la novela de ‘El niño del pijama de rayas’ se ha traducido a más de 30 idiomas y ha vendido más de tres millones de ejemplares, era de prever una adaptación cinematográfica. El director Mark Herman (Tocando el viento) consiguió convencer al escritor de la obra, el irlandés John Boyne, y entre los dos trabajaron el guión. El filme, que se acaba de presentar fuera de concurso en San Sebastián, tiene como perspectiva la mirada inocente de un niño de ocho años. Así, la obra cuenta la historia sobre todo desde la perspectiva acomodada de la familia protagonista, para ir poco a poco incrementando la crudeza del conflicto. "Es como en las películas de terror, el monstruo está escondido hasta el final, y sólo puede contemplarse en los últimos momentos de la película", resalta Herman. La adaptación del best seller, encabezada por David Heyman -productor de la saga Harry Potter-, tiene como actores principales a David Thewlis (Instinto Básico 2), Vera Farmiga (Infiltrados) y los niños Asa Butterfield y Jack Scanlon.
Curiosidades
El nombre del campo de concentración no se menciona nunca en la película pero la referencia tiene que ser Auschwitz, pues fue el único centro nazi con 4 crematorios.