Las autoridades someten a un país a una brutal cuarentena cuando ven que sucumbe al miedo y al caos ante el ataque de un virus. Durante tres décadas, el terrible virus parece haber desaparecido detrás de las paredes que se levantaron para contenerlo, hasta que reaparece con virulencia en una gran ciudad. Un grupo de especialistas de élite, liderados por Eden Sinclair, es enviado con urgencia al país aún en cuarentena para obtener una vacuna a cualquier precio. Apartados del resto del mundo, el equipo deberá luchar a través de un paisaje convertido en la peor pesadilla.
Comentario
El guionista-director Neil Marshall se ha especializado en las cintas de acción. En Inglaterra, de hecho, es conocido como uno de los chicos “Splat”, esto es, alguien que llena la pantalla con acción continua a ritmo de vértigo. Eso es lo que hizo en sus dos películas anteriores, The Descent y Dog Soldiers, y lo que ha querido mantener con Doomsday – El día del juicio, una visión apocalíptica de un futuro próximo de pesadilla. El rodaje de la cinta no se apoyó en efectos creados por ordenador, sino artesanalmente, con trucajes y especialistas. Esta dinámica se acerca más a algunos de los referentes que ha confesado el cineasta, como son el cine George Miller (Mad Max) y John Carpenter (La cosa). La idea nació cuando el director imaginó una historia en la que un guerrero moderno se enfrenta a un caballero con armadura en un paisaje postapocalíptico. “Me parece que este género no se ha tocado últimamente; es un regreso al cine que tanto me gusta”, señala Marshall. En cuanto al reparto, además de algunos actores con los que trabajó en las dos películas anteriores, como Sean Pertwee, Craig Conway, Myanna Buring y Darren Morfitt, Marshall ha incorporado a intérpretes con experiencia como Bob Hoskins y Malcolm McDowell, o la misma protagonista Rhona Mitra (‘Boston Legal’), que es una especie de trasunto de Sigourney Weaver en Alien o Linda Hamilton en Terminador.
Curiosidades
Las últimas tres semanas de rodaje en Sudáfrica estuvieron dedicadas prácticamente a rodar una persecución.