Tras un trabajo complicado, los asesinos a sueldo Ray y Ken son enviados a descansar un par de semanas en Brujas por orden de Harry, el jefe londinense de ambos. Sintiéndose totalmente fuera de lugar entre la arquitectura gótica, los canales y las calles adoquinadas, los dos asesinos pasan el día haciendo de turistas. Ray, que no consigue olvidar las brutales imágenes de su último trabajo en Londres, odia la ciudad. Sin embargo, mientras Ken observa con paternal mirada a su compañero y a sus hazañas a menudo hilarantes, descubre que la belleza y serenidad del lugar tiene un efecto positivo en su mente y alma.
Comentario
Brujas es una de las ciudades medievales mejor conservadas y más bellas de Europa. A pesar de ser conocida como ‘la Venecia del norte’, los productores y directores de cine apenas han decidido utilizar dicho enclave para sus historias, con alguna excepción honrosa como la de Historia de una monja de Fred Zinnemann y con Audrey Hepburn. El que ha puesto los ojos en sus edificios y canales ha sido el guionista y director británico Martin McDonagh, que realiza aquí su primer largo después de ganar el Oscar al Mejor Corto en 2004 por ‘Six Shooter’. McDonagh, que tiene una amplia experiencia teatral, quiso contrastar el nerviosismo de los dos personajes con el telón de fondo de una preciosa ciudad europea de sabor añejo, e imprimiendo a la cinta con un marcado tono de comedia. Sin embargo, el entorno evoluciona hacia lugares más sórdidos. “Según avanza la película, Brujas se hace más oscura y el lado gótico cobra importancia. Las escenas nocturnas lo muestran desde el principio, por ejemplo, cuando Ray descubre el decorado de una película inspirado en el Bosco”, apunta McDonagh. Escondidos en Brujas, que ha logrado recibir los aplausos de la crítica y el público allá donde se ha estrenado, cuenta en su reparto con tres actores del calibre de Colin Farrell (Corrupción en Miami), Brendan Gleeson (Troya) y Ralph Fiennes (Spider).
Curiosidades
El director escribió los papeles de los asesinos pensando que serían eran londinenses pero pasaron a ser irlandeses después de que Farrell y Gleeson aceptaran interpretarlos. Dicho cambio fomentó la camaradería de los personajes y el antagonismo de ambos hacia el personaje de Fiennes.