Para Tom, la vida es maravillosa: Es sexy, triunfador, tiene éxito con las mujeres y sabe que siempre podrá confiar en su mejor amiga, la encantadora Hannah. Todo va bien hasta que Hannah se va seis semanas a Escocia por trabajo. Tom se da cuenta de que su vida está vacía sin ella y decide pedirle matrimonio cuando regrese de su viaje. El problema es que Hannah vuelve prometida y le pide a Tom que sea su "dama de honor". Siempre es más fácil parar una boda desde dentro.
Comentario
Esta es una época típica de comedias románticas en la cartelera. Quizás para hacerla coincidir con el período de enlaces matrimoniales, nos llega una nueva muestra de este subgénero, aunque lo cierto es que la crítica la ha despachado con crueldad, sacando a relucir la idea de no aportar nada al género. Adam Sztykiel, Deborah Kaplan y Harry Elfont son los autores de la historia que dirige el inglés Paul Weiland (Por amor a Rosana). La película habla sobre el compromiso y el aprovechamiento de tus oportunidades. “En el fondo, La boda de mi novia habla de esa idea de que eres incapaz de ver el amor cuando está justo frente a ti -apunta Weiland-. Cuando Hannah conoce a otra persona, es cuando Tom se da cuenta de que no sólo va a perder a su mejor amiga, sino de que en realidad está enamorado de ella, que todo el tiempo ha tenido el pastel y habría podido comerlo, pero súbitamente, alguien viene y se lo arrebata”. En el elenco interpretativo destacan Patrick Dempsey ("Anatomía de Grey") y Michelle Monaghan (Misión: Imposible 3), la pareja protagonista que representa el gran aliciente para el público.
Curiosidades
El equipo rodó en el castillo de Dunvegan en la isla de Skye durante cinco días. Se dice que es el castillo habitado más antiguo del norte de Escocia.