Lucas y María son hermanos y están viejos. Comparten una casa con sus recuerdos y los fantasmas buenos de las personas a las que han amado. Saben que más tarde o más temprano, uno antes que el otro, comprarán el billete para el último viaje. Marcos y Roma están solos y son jóvenes. Ella es enfermera y pinta ventanas que embellecen las vistas desde su habitación. Marcos anda perdido agarrado a su acordeón y a un montón de preguntas. No saben que más pronto que tarde emprenderán un camino juntos. Un día, el azar va a reunirlos.
Comentario
El debutante realizador vasco Aitzol Aramaio ha decidido dar el salto al largo después de que hace 6 años presentara su primer corto, ‘Terminal’, un trabajo que se movió internacionalmente y obtuvo algún que otro premio. La larga espera de una continuación de su obra finaliza ahora, después de años trabajando en esta Un poco de chocolate, en la que lleva enfrascado desde 2002, cuando empezó a tener conversaciones con Unai Elorriaga, el escritor de ‘Un tranvía en SP’, el libro en el que se basa el film (la adaptación la realiza Aramajo junto a Michel Gaztambide, que ha colaborado anteriormente con Enrique Urbizu y Julio Medem). La película versa sobre cuatro personajes –dos mayores y dos jóvenes- que emprenden a solas un viaje y se encuentran. “Es un melodrama mágico lleno de vida, contado desde la posibilidad de la muerte, cuyos temas centrales son el amor y la bondad”, señala el director.La película está protagonizada por dos veteranos en esto de la interpretación como Héctor Alterio y Julieta Serrano, y por dos de los talentos jóvenes más prometedores de nuestra cinematografía: Bárbara Goenaga (Oviedo Express) y Daniel Brühl (Salvador (Puig Antich)).
Curiosidades
En principio, la película se iba a titular como el libro, ‘Un tranvía en SP’, pero la gente empezó a preguntarse qué era lo de ‘SP’, si era algo relacionado con el servicio público, y se decidió cambiarlo.