En un país dividido al borde de la guerra civil, dos niños -Amir y Hassan- están a punto de separarse para siempre. Numerosas cometas, que participan en un torneo infantil, se cruzan en el intenso azul del cielo de Kabul. Pero después de ganar el torneo, la traición de un niño atemorizado pondrá en marcha los mecanismos de una catástrofe... y el comienzo de una búsqueda épica de la redención. Ahora, después de 20 años viviendo en Estados Unidos, Amir regresa a Afganistán, a pesar del peligro que supone el implacable gobierno de los talibanes, dispuesto a enfrentarse a los oscuros secretos que le persiguen y a reparar el daño que hizo.
Comentario
El nuevo trabajo de Marc Forster (Monster´s Ball, Descubriendo Nunca Jamás), uno de los directores más polifacéticos del Hollywood actual, se llama Cometas en el cielo, una adaptación de la novela que Khaled Hosseini sacó en 2003 y que se ha convertido en superventas vendiendo más de ocho millones de libros. “La reacción de los lectores me sigue sorprendiendo -comenta el autor-. Supongo que se debe a que los temas de la novela -culpabilidad, amistad, perdón, pérdida, deseo de expiación, mejorarse a sí mismo- no son temas limitados a Afganistán, son experiencias humanas”. El propio escritor participó activamente en el proceso de adaptación que lideró el guionista David Benioff (Troya, La última noche). El rodaje de la película fue intenso, y llevó al equipo desde Europa a Kabul, Pakistán y China. La preocupación por la autenticidad se hace patente en el hecho de que el guionista y el director hablaran mucho acerca de qué diálogos debían hablarse en dari o en inglés –incluso hay diálogos hablados en pashto, el idioma de los talibanes; y en urdu, la lengua de Pakistán- y de que se contrataran varias personas para vigilar los acentos y las entonaciones de los actores. Intérpretes que, para seguir esa línea, eran autóctonos: Zekiria Ebrahami, para hacer el papel de Amir; y Ahmad Khan Mahmoodzada y Ali Danesh Bakhtyari, para encarnar a Hassan y a Shorab.
Curiosidades
La familia de Ahmad Khan Mahmidzada intentó que se quitara del montaje final la escena de la violación.