El pintor Óscar Domínguez se encuentra en la capital francesa durante la primera mitad del siglo XX. En el Madrid actual, a Ana, una abogada a quien se le diagnostica una terrible enfermedad, se vuelca en la búsqueda de un misterioso cuadro que, según los expertos, fue la última creación del pintor antes de suicidarse. Figuras de la vanguardia artística como André Bretón o Pablo Picasso tienen un papel determinante en la trama, al igual que la relación sentimental del pintor con Roma, una pianista polaca fusilada por los nazis durante la ocupación de París.
Comentario
A veces la polémica ayuda a que ciertas películas consigan repercusión pero está por ver si Óscar: Una pasión surrealista, el biopic sobre el pintor canario Óscar Domínguez, se beneficiará de la controversia. La cinta del director novel Lucas Fernández ha recibido críticas por las generosas ayudas concedidas por el Gobierno canario, por la tardanza de su estreno y su ausencia en el Festival de Cine de Las Palmas. A pesar del valor del pintor como parte del movimiento surrealista en Francia, al director le interesó más el drama personal. “Me atrae su historia humana: un chico que manda su padre a París para que se forme, se convierta en un hombre y asiente la cabeza, pero que termina rodeado del mundo intelectual, comienza a pintar y experimenta una vida bohemia rodeada de drogas, alcohol y un romance con una pianista fusilada por los nazis”, declara Fernández, un hombre que ha tenido gran influencia en el audiovisual canario, tanto como responsable de la televisión autonómica canaria como por ser propietario de la mayor productora de las islas: Plató del Atlántico. El plantel de actores incluye a Joaquim de Almeida –como protagonista-, Victoria Abril, Jorge Perugorría, Emma Suárez, y Paola Bontempi, que se hizo con el papel de su gran amor, Roma.
Curiosidades
Por si fuera poca la polémica que ha rodeada a la cinta, el hecho de que Victoria Abril y Emma Suárez protagonicen un tórrido beso ya le ha dado aún más publicidad.