|
Sinopsis
El 6 de febrero de 1994 Marcial Rabadán y su hijo Andrés discuten tras la comida. Andrés va a su habitación, coge la ballesta que se ha regalado por Reyes, la carga y dispara sobre su padre. La primera flecha, en la cabeza y dos más para que no sufriera. Tras abrazar el cadáver se dirige a la comisaría y se entrega. Había nacido para las páginas de sucesos el loco de la ballesta, para la opinión pública, el horror inexplicable, para los expertos, un caso de brote psicótico de manual. Para la justicia: 20 años a cumplir en módulos psiquiátricos. Andrés Rabadán sigue en prisión, ha realizado exposiciones con sus dibujos y escrito dos libros, se ha casado, olvidado las voces y ya no sueña con el cadáver de su padre.
Comentario
El origen de este film tiene lugar en el año 2000, cuando el director Ventura Durall vio una exposición de cuadros de Andrés Rabadán, más conocido como el asesino de la ballesta, y que le causó un interés inusitado al ver que alguien que había cometido unos crímenes tan abyectos, podía haber sido generador de una obra artística. Desde 2002, lo visitó regularmente en prisión, y le costó convencerle para emprender un viaje hacia su propio pasado. Durall busca una explicación detallada de los hechos y un análisis jurídico y psicológico del caso, con una visión poética y fantástica de la vida desde la propia objetividad. “Su historia nos permite abordar desde un punto de vista metafísico una serie de cuestiones que nos hacen cuestionarnos a nosotros mismos: la importancia de las propias vivencias en la formación del yo, el sentimiento de culpa, la capacidad de cambiar la propia estructura y la fuerza redentora del amor”, explica Durall. El poderío dramático del film recae sobre la figura del actor Alex Brendemühl (Las horas del día).
Curiosidades
La película tiene el complemento de su hermana en el terreno documental El perdón, grabada por el propio Durall.
|
Puntuación |
6,8
|
5,2
|
|
Si
quieres firmar tu comentario,
haz clic en "Acceder" |