La Reina Isabel I debe enfrentarse a la traición en el seno de su familia y a sangrientas tentativas de apoderarse de su trono. Isabel es consciente del cambio religioso iniciado en el siglo XVI en Europa, y el poderoso rey español Felipe II está decidido a restaurar el catolicismo en Inglaterra con la ayuda de su ejército y su invicta armada. Mientras la Reina se prepara para ir a la guerra, intenta equilibrar antiguas lealtades con el amor que siente por Raleigh. Ante la imposibilidad de dar rienda suelta a su amor, Isabel alienta a Bess, su dama de compañía favorita, a que trabe amistad con Raleigh para que este se quede cerca. Pero esta estrategia le obliga a ser testigo de la creciente intimidad de la pareja. Mientras la Reina estudia cuál es su mejor opción en el extranjero, su consejero de confianza, sir Francis Walsingham sigue manipulando a la Corte con maestría y trabajando para consolidar la monarquía absoluta, incluyendo un complot de asesinato en el que puede estar implicada la prima de Isabel, María Estuardo.
Comentario
La oscarizada Cate Blanchett vuelve a encarnar el papel que la catapultó a la fama en la película Elizabeth con una precuela que sigue los primeros pasos de esta monarca. Repiten, además de la actriz australiana, los actores Geoffrey Rush y Clive Owen. También se mantienen las luchas internas por el trono, la amenaza de la traición, y el discurso se centra en su conflicto con el fundamentalismo del catolicismo del siglo XVI, encabezado por el rey español Felipe II y sus apoyos con la Iglesia Romana y la Inquisición. A partir de un guión original de William Nicholson y Michael Hirst –autor este último de la anterior aproximación al personaje-, en la dirección sigue estando Shekhar Kapur. “La película trata del conflicto entre el fundamentalismo y la tolerancia, de la introspección, la divinidad, la moralidad y la inmortalidad, de todas las cosas que pueblan nuestra vida cotidiana”, apunta el cineasta para establecer su vigencia en nuestros días.
Curiosidades
La diseñadora Alexandra Byrne se inspiró en el trabajo del modisto español Balenciaga, que había reinterpretado varios cuadros históricos en los años cincuenta, algunos del periodo isabelino.