Tuya es guapa, fuerte, cuida de sus animales en una región desértica de la Mongolia interior, tiene dos hijos y está casada con Bater, al que ama profundamente. Pero Bater es inválido, hace tres años tuvo un accidente cavando un pozo. Tuya debe hacerlo todo: llevar a cien ovejas a pastorear con su camello, cocinar e ir a buscar agua a 30 kilómetros de su hogar. Un día, Tuya se hace daño en la espalda mientras ayuda a su vecino Senge, un hombre propenso a los accidentes. El médico le dice que si sigue trabajando duro empeorará, pero ella no hace caso. Incapaz de ver sufrir a su mujer, Bater la convence de que se divorcien para que encuentre a otro que pueda cuidar de ella. Acepta, siempre y cuando la persona que cuide de ella y de sus hijos también cuide de Bater.
Comentario
Aunque sin mucho ruido, La boda de Tuya ha sido una de las películas del año si nos atenemos a la consecución del Oso de Oro en el prestigioso Festival de Berlín de principios de temporada. La película forma parte de la nueva hornada de filmes chinos que están obteniendo gran reconocimiento internacional. Hay que recordar que en Venecia el año pasado ganó la recientemente estrenada Naturaleza muerta de Jia Zhang Ke, que en esta edición el afortunado ha sido el taiwanés Ang Lee con Lust, Caution, y que también en este San Sebastián han resultado Wayne Wang y Mil años de oración vencedores. En el caso de esta película, se trata del tercer trabajo de Wang Quan´an y en él se embarca en una historia de amor y de sufrimiento, con la pureza y la sencillez de los nuevos realizadores chinos. La importancia de la estepa mongola se antoja clave aquí, como fondo de un modo de vida, el de la trashumancia, casi extinto en las sociedades modernas, y que refleja de nuevo la preocupación de estos artistas por las transformaciones que, a marchas forzadas, sufre su país. El filme está protagonizado por su actriz fetiche, la hermosa Yu Nan.
Curiosidades
Las raíces de la madre del realizador se encuentran en la zona de Mongolia que la cinta retrata.