Zingarina es una mujer joven y rebelde. Se va con su amiga Marie a Transilvania para encontrar ahí al hombre de sus sueños. Marie no deja nunca a Zingarina, ya que sabe que es capaz de todo. Es durante la gran fiesta de Hérode, ceremonia surrealista pagana, donde Zingarina vuelve a encontrar al hombre que quiere. En la locura, el ruido, la música, la embriaguez de la fiesta, aprende que está sola en el mundo, otra vez sin amor, ahora sin punto de referencia y sin relación.
Comentario
El franco-argelino Tony Gatlif tuvo una calurosa acogida en el Festival de Cannes de 2004 cuando, con su anterior película, Exils, formó parte de la sección oficial y, por si fuera poco, logró el galardón al mejor director. Dos años después se estrenó en Francia este siguiente título donde el cineasta seguía ahondando en la dialéctica de las raíces humanas y las distintas culturas, tamizada esta incursión por una emocionante historia de amor. El pueblo de Transylvania ha sido siempre caldo de cultivo para el estereotipo ya sea a través de los relatos vampíricos o a través del cliché de la cultura gitana. Gatlif no pretende ni acudir al lugar común ni eludir el hecho cultural que tanto le ha interesado en su carrera. “La historia de los gitanos está muy vinculada a la del mundo. Han pasado por todos los problemas que nosotros tenemos en la actualidad y son los verdaderos depositarios de la cultura europea”, indica. Para esta aventura ha decidido contar como pareja protagonista con Asia Argento (Last Days) y Birol Ünel (Contra la pared).
Curiosidades
La película recibió críticas desde Rumanía por dar una imagen muy parcial del país. A pesar de ser una historia de ficción, a cierto público no le gustó que se proyectara la imagen del rumano pobre y gitano.