Michael Clayton trabaja para un famoso bufete de Nueva York, aunque no ejerce de abogado. Su especialidad es arreglar las cosas de la manera más limpia y rápida posible. No es ni policía ni abogado, sino la perfecta mezcla entre ambos: el perro guardián, el conserje, el mayordomo fiel que siempre obedece y nunca pregunta. Todo cambiará cuando su mejor amigo dentro del bufete, Arthur Edens, que durante seis años ha sido el encargado de defender los intereses de Agtek, una importante multinacional de productos argo-químicos, se pasa al bando contrario al descubrir un documento que demuestra que esta multinacional ha sido la responsable de la intoxicación de cientos de granjeros que utilizaron uno de sus productos.
Comentario
La carrera de George Clooney está íntimamente ligada en la actualidad con el thriller, especialmente si tiene ribetes políticos. Ese es el caso de Michael Clayton, en donde interpreta a un tipo que trabaja solucionando los asuntos turbios de un gran bufete de abogados de New York. Su lucimiento en esta ocasión depende de la pericia de un guionista de larga carrera en Hollywood que, por primera vez, se adentra en el terreno de la dirección: Tony Gilroy. Cuñado de Rene Russo e hijo del ganador de un Pulitzer Frank D. Gilroy, el cineasta ha trabajado con Taylor Hackford en Prueba de vida y Pactar con el diablo – donde ya tocó el asunto de la abogacía-, además de haber sido el encargado de adaptar a la pantalla los distintos Jason Bourne de Robert Ludlum. El reparto, nada desdeñable, incluye a intérpretes como Tilda Swinton (Flores rotas), Tom Wilkinson (Laberinto de mentiras) o un habitual en este tipo de películas, el también director Sydney Pollack (Al límite de la verdad).