|
Sinopsis
Anna, George y su hijo Georgie acaban de empezar las vacaciones en su residencia de verano. Mientras Anna prepara la cena, reciben la inesperada visita de dos jóvenes, Paul y Peter. Sus idílicas vacaciones pronto se convertirán en una pesadilla.
Comentario
El austríaco Michael Haneke está considerado por muchos como el mejor director europeo en la actualidad. A todos los que conocen su trabajo les sorprendió, no ya que se fuera a hacer un remake de uno de sus títulos más famosos, Funny Games (los Estados Unidos llevan tiempo con esa costumbre), sino que fuera a ser el mismo cineasta el que lo llevara a cabo. Haneke ha argumentado que siempre consideró a Funny Games como una ‘historia americana’, pues considera el tema de la película, el uso de la violencia como mera forma de entretenimiento, como un aspecto específicamente americano. Lo cierto es que el director también ha podido querer hacer un experimento como el que pretendió hacer Gus van Sant al versionar el Psicosis de Hitchcock, y es que la puesta en escena del autoremake de Haneke está realizada copiando prácticamente cada plano que utilizó para el original de 1997. El austríaco piensa además que el tema de la banalización de la violencia es ahora aún más relevante, sobre todo si vemos el éxito de sagas como las de Saw o Hostel. “Encuentro que las películas de hoy en día son cada vez más planas, más banales y al espectador le tratan como si fuera tonto y con esta película, intento protestar contra eso”, explica. El director puso como condición para hacer el remake que la protagonista adulta fuera interpretada por Naomi Watts, que había cautivado al director en 21 gramos y Mulholland Drive. Para su marido eligió a Tim Roth (Reservoir Dogs) y para los jóvenes asaltantes se decantó por Michael Pitt (Last Days) y Brady Corbet (Thirteen).
Curiosidades
Las proporciones de la casa utilizada en el remake son las mismas que se utilizaron para la película original.
|
Si
quieres firmar tu comentario,
haz clic en "Acceder" |