Cuentan del cineasta estadounidense Bill Plympton
que con sólo catorce años imitaba a la perfección
los dibujos animados de la televisión, e incluso escribió
a la Disney para ofrecerse como dibujante. Aunque entonces fue
rechazado debido sin duda a su corta edad, en la actualidad es
un referente indiscutible en el campo del cine de animación
y profesionales como el creador de "Los Simpsons" Matt
Groening no ocultan su admiración por su original trayectoria.
Nacido
en 1946 en Oregón, Bill Plympton explica que desde muy
pequeño se aficionó al dibujo porque el tiempo era
muy húmedo y no se podía jugar al aire libre. Tras
pasar por la Universidad de Portland, a partir de 1968 se estableció
en Nueva York, donde comenzó una próspera carrera
de caricaturista que le ha llevado a trabajar para el New York
Times, Vogue, The Village Voice, Rolling Stone, Penthouse o Vanity
Fair.
Sin embargo, no fue hasta 1983 que Bill Plympton
dio sus primeros pasos en el campo de la animación, en
el vídeo musical para el grupo Android Sisters "Boomtown".
Su estilo poco a poco se fue definiendo y refinando hasta 1988,
año en el que consigue una nominación al Oscar gracias
a "Your Face". Este cortometraje, protagonizado por
un crooner de segunda cuya cara sufre tremendas contorsiones
y deformaciones mientras le canta a su amada, le abrió
las puertas de la fama.
A lo largo de los años siguientes, Plympton
se fue haciendo cada vez más popular a través de
su continua presencia en los festivales de animación y
de la difusión que cadenas como la estadounidense MTV,
la inglesa Channel 4 o la francoespañola Canal + dieron
a su trabajo. Entre sus cortometrajes más conocidos y recordados
se encuentran "Sexo y violencia", "Uno de esos
días", "25 formas de dejar de fumar" o "Push
Comes to Shove", que obtuvo el Gran Premio del Jurado de
Cannes en 2001. En todos ellos, Plympton ha dejado buena muestra
de su estética agresiva y de su humor ácido y corrosivo.
Además,
en 1992 dio el salto al largometraje de animación con "The
Tune", la desquiciada historia de un músico que tiene
que componer un hit en menos de una hora para no perder
su trabajo. Desde entonces ha dirigido otros tres largos de animación
(Aliens mutantes, Me casé con un extraño
y Mondo Plympton) y otros tantos de acción real.
En todos ellos, Plympton desarrolla un método de trabajo
que se caracteriza por una independencia total basada en la austeridad:
lejos de los altos presupuestos de Dreamworks o Disney, cada minuto
de las películas de Bill Plympton suele costar en torno
a mil dólares.
Pese a que sigue siendo prácticamente un
desconocido para el gran público, Bill Plympton cuenta
cada vez con más seguidores en todo el mundo. A los homenajes
del Festival de Cine Fantástico de San Sebastián
en 1998 y el del Festival de Jovenes Realizadores de Granada este
mismo año, se suma ahora el organizado por el colectivo
Amatxogore, que en estos días proyecta en Navarra una selección
de lo mejor de su filmografía.
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