Por Alejandro
del Pino
Aplicar con excesivo
celo cualquier norma o principio deviene en tiranía, y
eso es lo que ha terminado sucediendo con los bientencionados
propósitos de lo políticamente correcto. Pero ese
exceso no puede hacernos olvidar que el origen de esa actitud
es "corregir" una serie de injusticias históricas
y culturales que a pesar de todos los esfuerzos siguen vigentes
en muchos sectores de la sociedad: las minorías étnicas
continúan sufriendo marginación, la mujer sigue
"objetualizada" y relegada a un papel secundario, y
son muchos los que aún consideran la homosexualidad como
una "desviación".
Las
obras que cuestionan conscientemente los cimientos de la corrección
política se adentran en un terreno sumamente resbaladizo,
y su actitud provocativa oscila peligrosamente entre la sana y
fresca crítica y el conservadurismo más reaccionario.
En esa peligrosa balanza se sostiene el argumento de El Doctor
T. y las mujeres, el último film del veterano realizador
estadounidense Robert Altman, que protagonizan por el lado masculino
Richard Gere (el encantador y caballeroso Doctor T.) y por el
lado femenino cerca de una decena de actrices (las mujeres) encabezadas
por la poderosa Hellen Hunt en el papel de Bree, la amante liberada
de Gere que es capaz de desenvolverse con seguridad y soltura
en un mundo de hombres. Bree es el único personaje femenino
que sale bien parado en este broma misógina.
A ratos
divertida, a ratos ácida y a ratos molesta, El Doctor
T. y las mujeres es un acertado pero excesivamente esquemático
retrato de las mujeres de clase alta de Dallas (Texas) a través
de la mirada comprensiva y paternalista de un atractivo ginecólogo
cuarentón que tiene que "lidiar con ellas" (utilizo
esa expresión asumiendo el punto de vista de la película)
tanto en su consulta como en su vida cotidiana.
Viejo
zorro inteligente y bastante consentido, el director de El
juego de Hollywood o Vidas Cruzadas sabe sacar provecho
narrativo de los arquetipos de mujeres que utiliza. Como un Berlanga
Tejano, Altman gusta de las comedias corales donde el protagonismo
queda repartido en un montón de personajes arquetípicos
que propician una sucesión de situaciones dramáticas
caóticas y en bastantes ocasiones muy divertidas. Y como
ocurre con el director valenciano, algunas de sus películas
pueden recibir el calificativo (y no sin razón) de machistas,
aunque casi nadie duda de su capacidad para mantener la tensión
narrativa y la brillantez con la que resuelve las situaciones
más disparatadas. En este sentido podemos decir
que El doctor T. y las Mujeres funciona a la perfección
como un eficaz e ingenioso ejercicio de estilo, puro entretenimiento
para mentes despiertas. Ahí se agota su interés.
Además
de Hellen Hunt, en el coro de mujeres huecas e histéricas
que rodea a Richard Gere podemos encontrar muchos rostros conocidos.
Entre las que rozan o superan la cuarentena (como el protagonista
masculino) se encuentra Farrah Fawcett (ex ángel de Charlie)
que interpreta con convicción a la mujer del Doctor T,
Shelley Long (conocida por su participación en la serie
Cheers) en el papel de enfermera jefe y secretaria del Doctor
T, y Laura Dern (protagonista de Parque Jurásico,
Un mundo perfecto o Corazón salvaje) que
logra algunos de los momentos más divertidos del film.
Entre las más jóvenes, Tara Reid (American Pie,
Leyenda urbana,..) y Kate Hudson (Casi Famosos)
interpretan a las dos hijas del Doctor T.: rebelde y acomplejada
la primera, optimista y frívola aunque nada convencional
la segunda. La nómina de rostros famosos se completa con
la sugerente Liv Tyler – que ya trabajo con Altman en Cookie´s
Fortune- encarnando a Marilyn, uno de los personajes menos
previsibles del film.
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