Por Alejandro
del Pino
Al principio la solidaridad en el resentimiento,
después la complicidad y más tarde el amor contenido, marcan la
compleja y atormentada relación que mantienen los dos protagonistas
de In the Mood for Love, la última película del director
nacido en Shangai Wong Kar-Wai. Una historia de amor imposible
narrada con sutileza, elegancia y cierto manierismo formal donde
destaca la cuidada fotografía del australiano Chisthopher Doyle
y la modélica interpretación (tan sobria como matizada) de los
dos actores protagonistas.
La
mayor parte de la trama se desarrolla a principios de la década
de los sesenta en una pensión de alquiler de Hong Kong donde viven
Chow Mo-Wan (Tony Leung) y Li-Zhen (Maggie Cheung) que descubren
casi simultáneamente que sus respectivas parejas tienen un romance.
La monotonía del trabajo, el ambiente acogedor pero opresivo de
la vida de pensión y la soledad a la que están abocados por las
ausencias prolongadas de sus cónyuges (ambos tienen que viajar
por motivos laborales) les lleva a intimar y a comenzar una relación
tan intensa como distante.
Una película basada en la elipsis y en los fueras
de campo, donde el peso de la historia se asienta sobre gestos
y planos detalles (zapatillas, humos de cigarrrillos, manos,...)
con una fuerza sensorial extraordinaria, llena de matices y sugerencias.
Una obra intensamente emotiva que huye de cualquier tipo de exhibicionismo,
tanto físico como sentimental. No hay escenas de amor apasionadas,
no hay contacto físico. Los protagonistas nunca dicen claramente
lo que piensan ni lo que sienten, y sin embargo Wong Kar-Wai consigue
trasmitirlo. El director asiático ha tejido en In the Mood
for Love un apasionado y poliédrico ejercicio de estilo, donde
el espectador tiene que encajar las piezas y construir su propio
puzzle. La originalidad y extrañeza del film también queda reflejada
en la banda sonora, en la que destaca la voz de Nat King Cole
cantando en castellano.
Quizás lo más sorprendente y original de esta película
es el difícil equilibrio que consigue entre artificiosidad y pureza,
entre la búsqueda de sutileza a la hora de expresar la pasión
amorosa y su elaborada recreación formal. El deseo de sugerir
en vez de mostrar y el respeto extremo con el que Wong Kar-Wai
trata a los dos protagonistas principales emparentan In The
mood for love con películas como Breve encuentro, pero
su plasticidad gestual, el uso continuo de recursos estilísticos
(como la repetición de determinadas escenas o la intencionada
ocultación de los rostros de los dos cónyuges de los protagonistas)
o su riqueza sensorial desbordante nos remite a un tipo de estética
cinematográfica muy alejada del film de David Lean.
In the Mood for Love, traducida en España
como Deseando amar, es la séptima película de Wong Kar
Wai que se dio a conocer al público occidental con las obras Chunking
Express y Happy Togheter. En la última edición del
Festival de Cannes el film de Wong Kar-Wai obtuvo dos de los galardones
más emblemáticos del certamen: el premio a la mejor interpretación
masculina para Tony Leung y el Gran Premio de la Comisión Superior
Técnica.
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