Ficha técnica

 

 


Trece campanadas

El traumático juego de la emancipación

Por José Antonio Díaz

Quiere la casualidad que muy poco después de Spider, de Cronemberg, y de El dragón rojo, precuela de El silencio de los corderos, se estrene una interpretación cinematográficamente española de los estragos mentales a que da lugar una enfermedad al parecer tan devastadora como la esquizofrenia.

Xavier Villaverde, cuya última y más conocida película (Finisterre) fue recibida con cierta decepción, no ha echado precisamente el freno de la ambición en esta su siguiente obra y se ha enfrentado al reto de poner en pantalla una historia, adaptada de la novela del guionista Suso del Toro, que por fondo y forma no puede disimular su directo parentesco con la considerada por muchos teóricos como la mejor película (y, en todo caso, una de las más turbadoras e inquietantes) de la historia del cine: Vértigo, de Hitchcock. Y lo que es más sorprendente, en un contexto cinematográfico como el español, tan alejado del cine psicológico y fantástico, salir airoso del atrevimiento, y, para mayor abundamiento, sin que la textura del celuloide parezca otra cosa que cine español.

Basada en una estructura de típico thriller psicológico con reminiscencias freudianas, la historia arranca con la recreación deliberadamente incompleta de un trágico oscuro suceso del pasado, cerrado en falso, que gravita inexorablemente a modo de trauma sobre el presente del personaje protagonista (Juan Diego Botto), hijo y heredero en talento de un escultor con cierto prestigio (Luis Tosar), y el de su madre, internada en un hospital psiquiátrico cuando su hijo decide volver al entorno de su infancia, y cuya aclaración en el desenlace permite abrir la vía de la solución para la asfixiante dependencia psicológica y artística, corporeizada cinematográficamente en la enfermedad de la esquizofrenia, que ha condicionado la vida del protagonista y, en el tiempo delimitado por el metraje (de ahí la estructura de thriller), de una forma directa, con peligro para su vida y la de los que le rodean.

Densa y comedida, con precisos, lacónicos y sugerentes diálogos por parte de unos personajes que dicen más con sus silencios que con sus palabras, siguiendo la mejor tradición del buen cine español, la película no puede comenzar más prometedoramente. Pero es que además, una ambientación tan delimitada e inquietante no impide que la historia, cuyos elementos se dosifican magistralmente, avance con funcionalidad, a la manera de una buena muestra de cine de género, focalizando su atención en un ingrediente de suspense muy concreto que va vertebrando la deriva psicológicamente enfermiza del protagonista, un Juan Diego Botto magnífico que borda su papel de individuo torturado e imprevisible, al que escolta con parecida brillantez Marta Etura, hacia la catarsis redentora final.

Pero el más difícil todavía es incluir con toda naturalidad en un metraje de esta naturaleza elementos explícitos de cine fantástico (un personaje fantasma rondando entre mortales de carne y hueso, un intercambio de aptitudes por intercambio físico directo...) sin que no sólo no chirríe el resultado final, la intensidad tan característica de una película tan inquietante, sino que incluso contribuya a plantear lecturas metafóricas que trascienden lo narrado, como el eterno conflicto entre la necesaria dependencia y la deseable independencia en las relaciones paterno-filiales y, en general, entre maestros y pupilos, entre el arte clásico y el derivado o, en definitiva, la dialéctica en el progreso de la civilización entre conservación y ruptura.

 

Histórico de críticas de cine

Coloca cinestrenos entre tus favoritos

Suscríbete a la
lista de correo
  Nombre:
   
  E-mail:
   
   Estrenos
   Novedades
   Televisión


Foro de discusión

Enlaces

 

  Sobre cinestrenos.com     Publicidad     Contacta con nosotros     Sugerencias
© Cinestrenos.com 2003. Todos los derechos reservados.