Por Alejandro
del Pino
Uno
de los grandes retos de todo actor es interpretar un monólogo
extenso e intenso y lograr que la atención del público
se concentra en él y sólo en él. Y aún
más si ese monólogo le permite recorrer una amplia
gama de registros dramáticos, desde la seducción
o el delirio onírico al dolor físico, la desesperación
vital o la muerte por suicidio. Antes que anochezca, el
filme de Julian Schnabel que narra en clave biográfica
la vida del novelista y poeta cubano Reinaldo Arenas, no es un
monólogo, pero como si lo fuera, ya que hace recaer todo
el peso dramático de la obra en su protagonista: Javier
Bardem.
Y
Bardem no sólo cumple con esa responsabilidad sino que
desborda cualquier expectativa y ofrece una de las interpretaciones
más intensas y demoledoras del cine reciente. Interpretación
por la que está nominado a los Oscar y que ha obtenido
hasta el momento un reconocimiento generalizado tanto de la crítica
como del público. Bardem consigue que nos olvidemos del
actor y nos adentremos en las entrañas más íntimas
del personaje al que da vida, haciendo creíble cada uno
de sus gestos y de sus movimientos gracias a una conjunción
perfecta entre talento innato y riguroso trabajo de interpretación.
Todo ello presidido siempre por la admiración y sobre todo
el respeto a la figura de Reinaldo Arenas y su homosexualidad
militante.
Antes que anochezca
es el segundo film de Julian Schnabel, un pintor metido a realizador
que debutó ante las cámaras con una película
sobre otro creador controvertido y atormentado: Jean Michel Basquiat.
Schnabel ha mostrado cuanto menos tener buen ojo a la hora de
elegir al actor que encarnaría a un personaje tan complejo
como Reinaldo Arenas, pero además consigue algunos momentos
de gran belleza y sensibilidad que vigorizan un film algo flojo
en su estructura narrativa y sobre todo muy endeble y sesgado
en su retrato social de la Cuba revolucionaria. Así uno
de los grandes aciertos del film es la inclusión de varios
textos poéticos de Reinaldo Arenas que le permiten desembarazarse
de las exigencias naturalistas de los retratos biográficos
narrativos, y mostrar su faceta más cercana a la estética
pictórica.
Otro de los grandes atractivos
del filme es el grupo de actores de diversas nacionalidades que
acompañan a Bardem en su particular odisea hacia los Oscars.
Destaca la participación de Johnny Depp, con un doble papel
(el travestí Bon Bon y el teniente Víctor) que refleja
metafóricamente una fantasía erótica del
autor de Celestino antes del alba (Depp llega a introducir
una pistola en la boca de Bardem en unas de las escenas más
terribles y ambiguas del film). Otro actor estadounidense, Sean
Penn, también tiene un pequeño papel, mientras el
francés Oliver Martinez, que ha trabajado para directores
españoles como Bigas Luna o Mario Camus, encarna con convicción
a Lázaro Gómez Carrilles, el mejor amigo de Reinaldo
Arenas. El reparto se completa con el italiano Andrea Di Stefano,
que da vida a Pepe Malas, un personaje de ficción inspirado
en diferentes compañeros de aventuras del escritor cubano,
y las españolas Olatz López Garmendia (madre de
Reinaldo Arenas en la ficción y mujer de Julian Schnabel
en la vida real) y la enigmática Najwa Nimri en un papel
tan fugaz como innecesario.
Un apunte final. Quizás
el principal problema de Antes que anochezca es su descarado
y esquemático posicionamiento ante un hecho histórico
tan complejo como la revolución cubana (llena de contradicciones
pero desde luego no equiparable a una "república bananera").
Perseguido y censurado por su homosexualidad abierta y militante,
es absolutamente comprensible el profundo resentimiento que desprenden
los textos de Reinaldo Arenas hacia el régimen de Castro.
Pero su discurso queda simpliflicado y descontextualizado en el
filme de Schnabel, donde la caricaturización de la revolución
cubana parece concebida para agradar a los sectores más
reaccionarios del exilio en Miami.
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