Mark
Wahlberg ya sabía ponerse las plumas y saltar a un escenario.
En sus inicios tomó parte en el mundo teenager, formando
parte del grupo New Kids on the Block. Del aquel pop de gorgoritos
y natación sincronizada se pasó más tarde al hip hop, y lideró
su propia banda; Marky Mark and the Funky Bunch.
Tal vez por estas razones su amigo George Clooney
(productor) pensara en él para protagonizar Rock Star,
cinta que se acaba de estrenar en nuestras pantallas. Es la historia
de Tim "Ripper" Owens, un joven dependiente de provincias que
reemplaza al mítico Rob Halford, líder de la banda de heavy metal
Judas Priest.De modo que Warner nos ofrece esta vez una reflexión
sobre el poder de la providencia, y sobre los beneficios y esclavitudes
de la fama. Una nueva película que echa una mirada con cierta
nostalgia a grupos de décadas pasadas (Casi famosos, Cero
en conducta, etc). Quizá con razón.
Las interpretaciones de Wahlberg han ido de menos
a más. Algunas de ellas -las más discretas- junto a su amigo Clooney
(Tres reyes, La tormenta perfecta), y otros de la
mano de directores con bastante talento (Boogie Nights o
El planeta de los simios) a la altura muchas veces de las
pretensiones del proyecto.
Yo descubrí en Boogie Nights a Mark Wahlberg,
y quedé bastante satisfecho con su trabajo. Aquél era un personaje
de muchas similitudes al que podremos ver en Rock Star.
En Boogie Nights, Wahlberg interpretaba a un joven de New
Jersey, también obsesionado con la fama, que consigue introducirse
en el mundo del porno para convertirse en una estrella de efímeros
quilates. Cae en la pesadilla de las drogas, y Wahlberg se muestra
entonces camaleónico, mostrando un aspecto equiparable al de Brad
Davis en El expreso de medianoche.
Paso
a paso, (Step by Step, como coreara en su New Kids on the
Block), este joven está ganándose la credibilidad de muchos escépticos.
Que crezca como actor depende en gran medida de los papeles que
seleccione para futuros proyectos.
Hasta ahora, Mark Wahlberg se ha apuntado a un
bombardeo. Pero es una figura que no deja de ser interesante.
Para empezar porque rompe con un prejuicio muy instalado en nuestro
país: aquél de que los artistas dedicados a una ocupación principal
o primera (ya sea música, o cine, o televisión...) no pueden participar
con dignidad en proyectos de distintas características. Para colmo,
Wahlberg interpreta en Rock Star el papel de un advenedizo.
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