Su
vida es una noria que se mueve a toda velocidad, pero se va acostumbrando
a ello, incluso lo disfruta a su manera, manejando a los medios
de comunicación según su interés, quejándose
de forma agresiva cuando un rumor se ha salido de madre, tímidamente
confortada con tantas atenciones. Si las estrellas del mudo cautivaban
a la audiencia gracias a la impermeabilidad de sus vidas privadas,
Angelina se encuentra al otro lado de la balanza: su existencia
es pública, su vida se funde en los difusos contornos de
un rumor inacabable y continuo. Hollywood ha reservado para ella
el tipo de admiración parásita que guarda para los
intérpretes capaces de sorprender a la industria con su
insolente libertad, el mismo que acabó destruyendo a Marilyn.
Angelina Jolie está intimamente ligada
a las pantallas de cine desde su infancia. Cuando sólo
contaba cuatro años, su madre la llevó una mañana
al set de Looking to get out, un filme escrito y protagonizado
por su padre, John Voight, en el que Angelina representó
un pequeño papel que había estudiado tenazmente
la noche anterior. La experiencia le gustó.
Con la adolescencia llegarón los problemas;
Jolie era una joven abiertamente desequilibrada, con una afición
desmedida por los cuchillos que estuvo a punto de costarle la
vida: "Casí me corto la yugular una vez cuando tenía
catorce años. Por entonces el sexo era aburrido y estaba
trabajando... En gran parte fue para tratar de sacar fuera todo
el dolor que llevaba dentro. Pero hace mucho que no he vuelto
a tocar un cuchillo". Angelina ya trabajaba en el difícil
mundo de la moda. Viajó por el mundo: Londres, París,
Los Angeles y finalmente Nueva York donde comenzó su carrera
cinematográfica.
Una vez llegado el momento, se matriculó
en la escuela Lee Strasberg para actores, la misma a la que asistió
Marilyn. Su debut oficial ante las cámaras se produjo en
1993, gracias a la película Ciborg 2: La sombra de cristal,
en la que Angelina interpreta a Cash, una humanoide que trata
de escapar desesperadamente de sus creadores. Pero el filme que
le dio cierta fama fue Hackers donde conoció a su
primer marido: Johny Lee Miller. Después, vendrían
títulos sin mucha importancia que le ayudaron a asentarse
como una secundaria bonita y no sin cierta capacidad interpretativa.
Dentro de ese grupo están filmes como Foxfire, Without
Evidence o Mojave Moon junto al veterano Dany Aiello.
Pero, fue en la pequeña pantalla donde Jolie
saltó al estrellato. Obtuvo dos globos de oro gracias a
sus interpretaciones en la miniserie televisiva "George Wallace"
y en "Gia" en la que daba vida a una joven modelo enferma
de SIDA. A partir, de aquí, la actriz ganó en reconocimiento
y preparó de forma concienzuda su regreso al cine. Tras
un par de intentos fallidos, su gran oportunidad llegó
con El coleccionista de huesos junto a Denzel Washington.
Fue entonces cuando su vida se transformó en un auténtico
circo de rumores.
Sus
historias con los cuchillos salieron a la luz, así como
cotilleos de todos los colores: Angelina estaba llena de tatuajes
de la cabeza a los pies, se había casado vestida con una
camiseta blanca sobre la que ella misma había escrito el
nombre de Miller con su propia sangre, adoraba todo lo que estuviese
relacionado con la muerte, mantenía una relación
incestuosa con su hermano, tenía una impresionante colección
de cuchillos de todas las épocas, su apetito sexual era
insaciable... Para colmo decidía casarse con Billy Bob
Thornton, un actor y director, extravagante y genial al tiempo,
que, a pesar de su juventud, había pasado ya por tres matrimonios.
Sin embargo, su complicada vida personal no eclipsó
su trabajo frente a las cámaras que se vio recompensado
con un Oscar por su papel en Inocencia Interrumpida, junto
a Winona Ryder. Después han llegado éxitos comerciales
como 60 segundos con Nicholas Cage o Tomb Raider.
Aún está pendiente su estreno más caliente:
Original Sin junto a Antonio Banderas.
|