Cuenta la leyenda que, cuando estudiaban en la
escuela de actores de Pasadena (California), Gene Hackman y
su compañero de piso Dustin Hoffman fueron votados por
sus compañeros como los estudiantes con menos posibilidades
de alcanzar el estrellato. Más de cuarenta años
después, Hackman parece seguir empeñado en contradecir
a quienes le auguraron que jamás conseguiría triunfar
en el mundo del espectáculo, rodando películas
a un ritmo vertiginoso y acumulando galardones, como el Globo
de oro al mejor actor en una película musical o comedia,
que obtuvo el año pasado gracias a su papel en The
Royal Tenenbaums.
Nacido
en California en 1930, Eugene Hackman llegó al mundo
de la interpretación casi por accidente. Antes de pensar
en hacerse actor, fue marine (cuerpo en el que se alistó
con sólo dieciséis años, tras huir de casa),
chofer de camión, vendedor de calzado, portero de restaurante
y periodista y productor de televisión. No obstante,
al cumplir los treinta decidió dejar de lado estas ocupaciones
y comenzó a estudiar interpretación en Pasadena.
Después de participar en varias obras
de teatro off-Broadway, Gene Hackman consiguió en 1964
un pequeño papel en la película Lilith,
en cuyo rodaje conoció a Warren Beatty. Éste no
le olvidó al preparar el casting de Bonnie and Clyde
tres años después; Hackman interpretó
al hermano de Clyde, Buck Barrow, en un papel que lanzó
su carrera en Hollywood y le proporcionó su primera nominación
al Oscar, como actor de reparto. Sin embargo, la estatuilla
no llegó ni con esta película ni con I Never
Sang for My Father, por la que volvió a estar nominado
en 1970.
Pero Gene Hackman pudo resarcirse apenas un
año después; la Academia le concedió el
Oscar al mejor actor por su papel del duro policía Popeye
Doyle en The French Connection. Su éxito le permitió
ampliar en buena medida sus registros a lo largo de la década
de los 70. Así, protagonizó la buddy-movie Espantapájaros,
junto a Al Pacino, y la épica La aventura del Poseidón,
trabajó para Francis Ford Coppola en La conversación
e incluso hizo un hilarante cameo en El jovencito Frankenstein,
de Mel Brooks. Su carrera dio un nuevo giro en 1978 cuando aceptó
interpretar uno de sus papeles más populares, el del
malvado Lex Luthor en Superman y dos de sus secuelas.
A
lo largo de cuatro décadas Gene Hackman ha trabajado
incansablemente en más de ochenta largometrajes, a las
órdenes de los directores más prestigiosos de
Estados Unidos; desde Woody Allen (Otra mujer) hasta
Alan Parker (Arde Mississippi), Mike Nichols (Postales
desde el filo) o Clint Eastwood (Poder absoluto,
Sin perdón). Esta última película
le proporcionó, en 1992, el segundo Oscar de su carrera,
en esta ocasión como secundario.
A sus setenta y tres años, Gene Hackman
se encuentra en uno de los momentos más productivos de
su carrera. Así, en los últimos tiempos le hemos
visto en películas tan dispares como las comedias
Las seductoras y Los Tenenbaums, el drama
bélico Tras la línea enemiga o el thriller
The Mexican. Lo último de esta estrella ya entrada
en los setenta es el filme policiaco Un golpe perfecto,
que ha rodado a las órdenes de David Mamet y que se estrena
esta semana en nuestro país.
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