Nani Moretti obtiene la Palma de
oro de Cannes con La habitación del hijo
La
pianista, de Michael Haneke, Mulholland Drive, de David
Lynch, y El barbero, de Joel Coen, se reparten los restantes
galardones
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Poco
ha tenido que objetar la crítica al Gran Premio del jurado
y al galardón a la mejor actriz, para Isabelle Hupért,
obtenidos por La pianista. La película suscitó
comentarios muy favorables tras su proyección, y sólo
su crudeza y su osadía parecían apartarla de la
lucha por los premios. Por eso más de uno se ha limitado
a alabar la valentía del jurado, presidido por la actriz
y directora sueca Liv Ullman y que contaba en sus filas con autores
como el francés Mathieu Kassovitz y el americano Terry
Gilliam.
Pero un palmarés de un gran festival nunca
está completo sin sus ciertas dosis de polémica,
que esta ocasión se ha centrado en los premios al mejor
actor y director. El primero recayó sorpresivamente en
el joven Benoît Magimel, también de La pianista,
cuando la crítica ya daba por seguro el premio para Jack
Nicholson por The Pledge, de Sean Penn, o Michel Piccoli
por Vuelvo a casa, de Manoel de Oliveira.
Precisamente la segunda de ellas ha sido una de
las grandes ausentes del palmarés de Cannes, tras haber
sido saludada por la crítica como una obra maestra. También
se ha ido de vacío Vas a saber, del veterano director
francés Jacques Rivette, que era otra de las favoritas.
Con tan notables ausencias, era normal que el premio
al mejor director para dos películas que en principio apenas
contaban, El barbero, de Joel Coen, y Mulholland Drive,
de Dacid Lynch, no haya gustado a todo el mundo. Sin embargo,
no deja de tener su lógica que, en un año que se
ha caracterizado por el reencuentro de Cannes con el cine estadounidense,
esta tendencia se vea reflejada en la lista de premios. Y quién
mejor para recibirlos que dos viejos conocidos del festival, Joel
Coen, que ya ganó en 1991 con Barton Fink, y David
Lynch, que hizo lo propio en 1990 con Corazón salvaje.
Por su parte, el premio al mejor guión
fue a parar al bosnio Danis Tanovic por Tierra de nadie
(No Man's Land), que relata en clave de comedia cruel y
esperpéntica los horrores de la guerra de la antigua yugoslavia.
En su debut en la dirección, Tanovic ha sido una de las
sorpresas más agradables de este festival, que en general
ha destacado por el buen nivel de las cintas a concurso y en las
secciones paralelas.
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