Basada en un artículo publicado en una revista
norteamericana que explicaba cómo en ciertas ciudades del país
existían mafias que adaptaban coches deportivos japoneses para
carreras callejeras de alta velocidad, The fast and the furious,
última película del director Rob Cohen, se sitúa como una de las
propuestas más arriesgadas de cara a este otoño. Acrobacias en
las calles, carreras ilegales, historias de amor prohibidas y
amistades peligrosas serán los ingredientes principales que conformarán
esta cinta de acción.
A
todo gas, título con el que la podremos ver en las salas españolas,
consigue involucrar al espectador, trasmitiendo sensaciones muy
cercanas a la realidad, utilizando para ello recursos como el
de la vibración de la cámara etc. En los créditos finales (y en
la página oficial), se encuentran notas explicando cómo las acrobacias
fueron realizadas por expertos, siendo peligroso intentarlo en
casa.
Universal Pictures, productora de este largometraje,
decidió para su presentación en Madrid un marco realmente idóneo:
el circuito del Jarama, en donde se mostró una exhibición de coches
"tuning" (algo parecidos a los de la película) y dos coches de
carreras. Aunque es España todavía no está demasiado en auge la
moda de personalizar el coche (que es lo que viene a significar
tuning), sí que existen personas que lo hacen, la mayoría por
entretenimiento, aunque también muchos se dedican exclusivamente
a ello.
Las cantidades que llegan a gastarse en dar a los
coches una apariencia que se aleja bastante de la original (incluso
llega a ser difícil reconocer qué marca son), varía bastante.
Los más recatados se gastan unas seiscientas mil pesetas, mientras
que los más emprendedores llegan a gastarse hasta seis millones
de pesetas. El primer paso suelen ser las llantas de las ruedas
y el equipo de música, pero poco a poco el coche va tomando una
estética personal y detallista, digna de museo.
Vin Diesel, uno de los protagonistas de la película,
acudió a la cita para hablar del personaje que interpreta: Dominic
Toretto. Éste es un intrépido joven que conduce por las calles
de la ciudad de Los Ángeles como si le perteneciesen. De día pone
a prueba coches de carreras de alta velocidad; la manufactura
y el modelo importan menos que la inyección de fuel controlada
por ordenador que les dota de una aceleración máxima. Por las
noches, Dom pilota su propio cohete de tierra firme y se embolsa
hasta 10.000$ por carrera cuando encuentra a alguien que tiene
el valor de competir con él.
Según Rob Cohen (con películas a sus espaldas
como "The skulls. Sociedad secreta", "Dragonheart" y "Pánico en
el túnel"), el mundo de las carreras callejeras era el marco idóneo
para su próxima idea. "Es un ambiente primario. Es preciso. Es
un mundo propio lleno de protocolos y ritos de iniciación, con
un lenguaje propio, con héroes y villanos, pletórico de dramatismo"
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